Actual

Buenas armonías

La Orquesta Ciudad de Baza ofreció como pórtico de Semana Santa el tercero de los conciertos organizados esta temporada. En el programa, una sola obra: el Requiem en re menor de Wolfgang Amadeus Mozart. Para su interpretación Ramón Llorente, director titular de la OCB, contó con un cuarteto de solventes solistas y con el Coro Alcazaba de Baza, una formación aficionada que, sin embargo, demostró tener gran entusiasmo y compromiso en el duro reto de poner en atriles una obra de tal envergadura.

La historia de la composición y finalidades de este Requiem no están completamente claras. Quizás por eso ha causado más fascinación que ninguna otra obra de este género a lo largo de la historia. Lo cierto es que Mozart estaba trabajando en esta partitura cuando en 1791 le sorprendió la muerte; la obra quedó inconclusa, y fue Franz Xaver Süssmayr, alumno de Mozart, quien la terminó siguiendo los borradores y anotaciones del compositor. Doscientos años después de su composición, el Requiem de Mozart sigue atrayendo a masas de público, como ocurrió en la Iglesia de la Merced de Baza, donde hubo que colgar el cartel de "aforo completo" a la media hora de abrir sus puertas.

Cierto es que la obra despierta un interés singular, pero también lo despertó el que fuera la Orquesta Ciudad de Baza la que lo interpretase. Esta formación, que inició su andadura el pasado mes de diciembre, se está confirmando como una de las formaciones semiprofesionales de mayor proyección dentro de la provincia. La iniciativa de su formación se debe, fundamentalmente, a su director titular. Ramón Llorente, musicólogo y profesor del Conservatorio Superior Victoria Eugenia de Granada, ha sido el principal promotor de esta iniciativa, congregando en torno a su atril de director a jóvenes promesas de la interpretación musical seleccionadas y coordinadas con gran acierto.

El resultado pudimos observarlo en la más que digna interpretación del Requiem de Mozart que ofrecieron. Con unos tempi acertados, Ramón Llorente acometió una versión dinámica y fresca, llevando a cabo un buen trabajo sonoro con los miembros de la OCB. Junto a ellos despuntó el Coro Alcazaba, que pese a las limitaciones propias de una formación diletante supo templar sus fuerzas y defender las complejas partes corales que Mozart dejó escritas.

Habría que mencionar igualmente el papel del cuarteto solista, en general homogéneo en su calidad y belleza interpretativa. En particular, despuntó por su potencia y riqueza vocal el tenor Pablo Alonso Gallardo, que con un timbre cubierto y bien proyectado destacó entre las demás voces.

En definitiva, se puede decir que los asistentes disfrutaron de una buena interpretación del Requiem, razón por la cual su ovación se prolongó considerablemente. Iniciativas como ésta reflejan el enorme potencial que tienen los músicos de nuestra provincia; por ello, desde esta tribuna deseo hacerles llegar a las autoridades, ausentes en el concierto, la necesidad de apoyar proyectos como la Orquesta Ciudad de Baza para elevar el nivel cultural de la sociedad. No se queden al margen.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios