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Carmen Boza presenta disco en Planta Baja con todo vendido

  • La artista gaditana presenta esta noche 'La mansión de los espejos', que financió con éxito gracias al micromecenazgo

En estos tiempos convulsos de crisis galopante para una industria musical a la que le ha venido todo en contra desde que comenzó el siglo, en los que los artistas que llenaban estadios se reinventan en formato íntimo para refugiarse en los teatros y los que frecuentaban las grandes salas para dos mil personas se tienen que conformar con sobrevivir tocando para 500; en estos tiempos en los que las agendas culturales muestran calvas y ven como se van quedando las fechas vacías porque cada vez hay menos promotores dispuestos a jugársela; en estos tiempos más que desfavorables resulta toda una sorpresa -bendita sorpresa- que una artista desconocida para el gran público presente su álbum de debut en una sala, eso sí, pequeña, pero con todas las entradas vendidas desde hace días, semanas. Y es que Carmen Boza representa por sí sola el vuelco que ha dado la industria discográfica, el cambio en los modelos de consumo musical y evidencia como las redes sociales han venido a sustituir los filtros que hace no tanto estaban en manos de profesionales.

Pero empecemos por el principio. Carmen Boza nació en La Línea de la Concepción a finales de los ochenta y desde muy joven sintió la fascinación de cantar canciones acompañándose de una guitarra. Al principio fueron versiones de sus intérpretes predilectos, desde Avril Lavigne a Andrea Bocelli, de Antonio Vega a Kings of Convenience o de Alicia Keys a Jorge Drexler. Semejante lista de referentes da una idea de su eclecticismo y la ausencia de prejuicios con que se entregaba a su devoción. Por entonces apenas tenía 17 años y se escondía bajo el alias de RollitosDePrimavera, con el que subía a Youtube esas versiones en las que a menudo solo se mostraban unas manos que tocaban y una boca que cantaba.

Así fue creciendo como artista hasta atreverse con sus propias canciones, que sin prisa pero sin pausa alcanzaban un número inusitado de visitas. Primero se traslada a Málaga y más tarde a Madrid. Allí conoce a Román Méndez, de Miss Caffeina, con el que aprende a profesionalizar su sonido y edita -solo en formato digital, "porque el cd se ha quedado obsoleto", afirma- su primer ep, Lapislázuli.

Corría el año 2011 y al año siguiente ya tenía lista su continuación, Rollitos de Primavera. En ese tiempo recorre los escenarios de las pequeñas salas de España demostrando su desparpajo y su capacidad para establecer conexión con el público, con ese acento gaditano que no esconde al cantar. Y así es como ha llegado hasta aquí, con un flamante álbum de debut, esta vez sí, en formato físico y en dos versiones, cd y vinilo, La Mansión de los Espejos, que ha financiado mediante el micromecenazgo con un éxito fulgurante, pues el día del lanzamiento de la campaña, en menos de doce horas, había conseguido el presupuesto inicial, y un mes más tarde lo había doblado gracias a las contribuciones de 900 seguidores. Toda una historia ejemplar y paradigmática del modo de abrirse paso en el mundo de la música en el siglo XXI.

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