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Coixet y Binoche lleva a la Berlinale a una mujer que cae al abismo desde lo más alto

  • La crítica especializada recibió con una ovación 'Nadie quiere la noche', que abrió ayer el festival

Isabel Coixet tuvo ayer el honor de ser la primera cineasta española que inaugura la Berlinale, y lo hizo con un drama intimista enmarcado en el inhóspito Polo Norte y acompañada de una de las actrices más cautivadoras de la gran pantalla: la francesa Juliette Binoche.

La crítica recibió con un sonoro aplauso Nadie quiere la noche, la séptima película de Coixet en este certamen al que asegura que debe "toda su carrera". Y es que fue aquí donde en 1996 se dio a conocer internacionalmente con Cosas que nunca te dije, la primera de las muchas películas que luego rodaría en inglés con actores de la talla de Sarah Polley, Tim Robbins, Ben Kingsley o Mark Ruffalo.

Y ahora, Juliette Binoche. "Cuando leí el guión de Miguel Barros (Blackthorn) pensé de inmediato que Josephine Peary era ella", dijo en una entrevista. Ambas se conocían desde hacía tiempo por un proyecto frustrado. "Sabía que si lo hacía se iba a meter en una mujer de principios del XX, se movería como ella, bebería el té como ella..."

Además, explica, "íbamos a rodar 'a la española'". Fueron necesarios cuatro años para poder filmar la película y, de lejos, el equipo no contaba con las comodidades y la infraestructura que tendría un rodaje de Hollywood. "Íbamos con las motos de nieve y Juliette tenía una estufa con carbón... Y eso se lo ofreces a cualquier actriz de la lista 'A' y te dice que no".

Binoche tampoco lo dudó: "Cuando hablamos por teléfono, Isabel me dijo que si yo no hacía la película no habría película. Así que dije: '¡Wow, ok!, leeré el guión y te diré qué pienso'", rememora la protagonista de Azul, guapísima a sus casi 51 años con un traje pantalón blanco. "Para mí, Isabel es como una pintora, pero con la cámara en la mano", apunta. "Deja que las cosas sucedan de forma genuina".

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