Cuarenta años después de la vergonzosa salida de España del Sáhara Occidental, abandonando a su suerte a un pueblo sin estatus jurídico, que permanece a la espera de la celebración de un referéndum decretado por Naciones Unidas en una tierra ocupada, amurallada y crecientemente invadida por el Reino de Marruecos, la situación para sus habitantes sigue siendo más que precaria.

El último territorio pendiente de descolonizar quedó en un limbo para convertirse en símbolo de la ignominia que propició la impresentable actitud de una España que, más preocupada por su cambio de régimen, no afrontó su responsabilidad cuando tocaba. Desde entonces, los diferentes gobiernos de nuestro país han preferido mirar para otro lado antes de cumplir moralmente con un pueblo que fue español y enfrentarse así a la reacción de Marruecos. Actualmente más de 160.000 personas, tres generaciones de saharauis, sobreviven olvidados en medio del desierto a temperaturas superiores a los 50 grados, sin agua ni electricidad, dependiendo de la ayuda humanitaria y esperando que la comunidad internacional decida que es hora de celebrar el referéndum que les prometieron y que haría justicia a una población tan castigada. Como cualquier situación es susceptible de empeorar, las últimas lluvias torrenciales han inundado los campamentos, derrumbando casas, colegios, dispensarios y hospitales de Tinduf.

Afortunadamente, no todos en España han olvidado su deuda con el Sahara y el colectivo Sahara Acción Granada organiza un concierto en La Tertulia cuyos humildes beneficios irán destinados a la reconstrucción de los campamentos a través de la Asociación Amal Esperanza de El Puerto de Santa María. Los artistas que se han comprometido con la causa son Miriam Sicre, Namaste, Elisa de Pradas y Amanito Muscaria.