arte

Creador indiscutible

  • El CAC de Málaga acoge una retrospectiva del artista Eduardo Arroyo, una de las figuras indiscutibles del panorama creativo español

Los aficionados y visitantes habituales al Centro de Arte Contemporáneo de Málaga llevan diez años contemplando importantísimas exposiciones del mejor Arte Contemporáneo. Esto nadie lo puede poner en duda. Además, han sido muestras espléndidamente montadas con todo el rigor museográfico y las máximas habilidades museísticas para que las piezas presentadas ejerzan su adecuada potestad artística. Esto, también, ha podido ser unánimemente constatable. Por eso, cuando el espectador se enfrenta a esta exposición de Eduardo Arroyo, uno de los artistas más significativos de nuestro país y figura importante en el contexto general del arte, se le plantea varias dudas, sobre todo, después de acceder a la sala donde se muestra teniendo que pasar por el extraordinario montaje de la obra de Subodh Gupta. No es habitual, ni pertenece a la filosofía del C.A.C.Málaga presentar obras con tan escasa entidad expositiva como se nos ofrece esta exposición del artista madrileño, con demasiadas obras que distorsionan la contemplación e imposibilitan observarlas debidamente y con el sentido adecuado. Tampoco creemos que el espacio elegido sea el más idóneo para la gran escultura de este artista. No es norma de la casa. Por eso, se presentan dudas y los interrogantes surgen inquietantes.

Una vez superada la extrañeza, el espectador se enfrenta a la escultura importante de un artista importante. Una casi exposición antológica sobre la escultura de Eduardo Arroyo, compuesta por más de setenta obras -la cantidad es absolutamente desorbitada para el espacio donde se presentan- que nos conducen por cuatro décadas de creación escultórica que dejan bien patente las múltiples facetas interpretativas de este significativo creador.

Un completo ejercicio estético y plástico que compendia, con un lenguaje personalísimo, gran parte de la historia de la escultura, desde los restringidos esquemas representativos de la escultura primitiva, hasta el reduccionismo ilustrativo de la más moderna, pasando por los postulados de la estética pop, los comprometidos recursos del posicionamiento conceptual y hasta las marcas esenciales de una escultura que ha perdido su intención ilustrativa para asumir ausencias y puras referencias sugeridas.

Una muy buena selección de obras sobre piedra en las que el autor, prácticamente, ha dejado el material como lo ha encontrado y mínimamente lo ha intervenido y añadido cualquier elemento para obtener el fin que la propia materia marcaba desde su potencia plástica inicial. En este tipo de obras, Eduardo Arroyo se nos muestra con una impresionante capacidad intuitiva y un extraordinario poder resolutivo. Obras de una gran contundencia expresiva como Novia de Muxivén,Unicornio de Laciana III, Buey o Vaca, que nos transportan a esos momentos iniciáticos de la escultura en los que el artista se convierte en un muy escaso transformador del elemento material, concediéndole a este toda su importancia primaria. Junto a ellas una serie de Vanitas, en las que el artista continúa dando protagonismo a la piedra y aportándole unas escuetas posiciones intervencionistas para proporcionarle su función representativa y significativa.

Muy importante a lo largo de la carrera artística de Eduardo Arroyo ha sido la figura del deshollinador. La muestra malagueña nos presenta una variada selección de ellas, con una también amplia diversidad compositiva que nos clarifica la gran capacidad creativa de este artista. Para finalizar este recorrido por la escultura de Eduardo Arroyo, un conjunto de obras de variada filiación artística de un creador poderoso en el que las obras, con un gran sentido plástico y conceptual, nos sitúan en la gran escultura de un autor dominador de experiencias y clarificador de un arte al que él impone un sello personalísimo e intransferible.

Centro de Arte Contemporáneo, Málaga

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