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Cuello, el nuevo invento de José Guerrero, en Polaroid

  • El artista, reducto de las propuestas de auténtico indie, presenta esta noche su nuevo trabajo discográfico.

Polaroid Club, fiel a su consideración como reducto de propuestas de espíritu indie, (indie del auténtico, lejos del postureo al que hoy en día se apuntan tantos), presenta esta noche por primera vez en Granada a Cuello, el nuevo invento del inquieto José Guerrero. Guerrero está detrás de un sinfín de nombres que han activado la escena, especialmente la valenciana, como Betunizer, Jupiter Lion, La Orquesta del Caballo Ganador o Rastrejo, con los que da rienda suelta a muchas de las tendencias que le fascinan, ya sean los ritmos fieros y la intensidad de los primeros, la psicodelia en bucle de los segundos, la improvisación de los terceros o la experimentación instrumental de los últimos.

Con Cuello suelta mucho del lastre de las otras propuestas para volver a una música básica y directa pero esencial, la que practicaban en los noventa algunos grupos en la senda abierta por The Pixies, Sonic Youth o los Guided By Voices de Robert Pollard: canciones de indiscutible garra guitarrera pero de vocación ultramelódica.

Para este proyecto contó con la complicidad de Óscar Mezquita, un batería que se desahoga en grupos de hardcore-punk como Derrota o Zanussi, pero con un corazón pop enamorado de las canciones de Family o Belle & Sebastian. Y el cuarteto se completó con la guitarra de Ubaldo Fambuena, actualmente en Los Tracahombres pero que comenzó su carrera versionando a los Pixies, precisamente, y el bajista Nick Perry, miembro de Tucán y Obleans, además de un asiduo de la noche valenciana. Con esa alineación Cuello ha entregado uno de los discos más aclamados del año, Modo Eterno (BCore, 2014) del que se ha dicho que es ácido pero refrescante, corrosivo pero ultravitaminado y luminoso, y que como unos primerizos Superchunk o unos Pixies de frenopático, se afanan en la búsqueda de la melodía perfecta para, una vez encontrada, meterle una patada punk en el culo y enterrarla en montañas de guitarras saturadas. Como ellos mismos dicen, "te puede doler, pero te va a gustar".

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