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Danza contemporánea para destilar la actualidad

  • La compañía La Veronal trae al Teatro Alhambra 'Islandia', una obra no sólo contemplativa, sino que exige un compromiso al espectador

Vista, oído, olfato, gusto y tacto. Cada uno de los cinco sentidos sirve para percibir la realidad de una determinada manera, o mejor para percibir las diferentes realidades que llegan a través de cada uno de ellos, porque no se siente igual por el tacto que por la vista, por el olfato que por el gusto, por el oído que por la vista.

Eso es lo que pretende demostrar el espectáculo Islandia, que la compañía La Veronal trae a Granada este fin de semana, el viernes y el sábado, al Teatro Alhambra dentro de su ciclo de danza contemporánea.

La obra "intenta cuestionar la imagen, qué vemos y qué significan las cosas que vemos", según explica el coreógrafo y fundador de la compañía, Marcos Morau, quien añade que el espectáculo "juega" con los espectadores y que son ellos los que, a través de los movimientos o la ausencia de ellos, buscan un significado "y nosotros luego lo explicamos".

Islandia está concebido, más que como un espectáculo de danza al uso, como una conferencia en la que se van exponiendo los temas sobre el valor de la imagen. Durante el mismo, "los bailarines bailan, la actriz actúa y los músicos tocan, y luego el espectador destila la idea", resume Morau, por eso "se le exige su implicación desde el primer momento".

De hecho, para que el público se involucre completamente con lo que ve -lo que se percibe por la vista-, los textos hablados -a través del oído- son en otro idioma y se proyectan en una pantalla en castellano, para que su contenido sólo pueda ser asimilado por la vista.

Islandia tiene una fuerte carga de actualidad, tanto de la política como de la sociedad o la religión, ya que el director de la compañía considera que "el arte se tiene que posicionar". "Nosotros utilizamos el escenario también como un campo de manifestación de nuestros valores", resume Morau, y de hecho el espectáculo va cambiando según lo hace la actualidad española o de los países en los que se ha representado desde su estreno. En aquel momento "hablábamos del rey Juan Carlos y del elefante", escenifica Morau.

Es precisamente esta vinculación con la realidad la que hace que el espectáculo esté "vivo", ya que "la dramaturgia le permite adaptarse al lugar y al tiempo". Pero además de involucrar al espectador por la vista y por la actualidad, Islandia, 'obliga' a que la gente sea muy participativa, "o se ríen mucho o se cabrean, o no les gusta nada o les encanta" porque, al utilizar el escenario como un campo de manifestación de valores, "si nos reímos de unos, a otros no les hace ninguna gracia".

El hecho de elegir Islandia -después de haber hecho otros espectáculos con nombres de ciudades o países como Siena, Finlandia o Rusia- fue porque ese país "representa una contradicción en el sentido de que en medio de la crisis europea tomó un rumbo diferente, demostró que otras maneras de dirigir los países son posibles, y además en sí misma es una pura contradicción: es muy fría porque está casi en el Polo Norte pero viene del calor más profundo porque es volcánico", según Morau.

El coreógrafo Marcos Morau, Premio Nacional de Danza 2013, es el fundador y director de la compañía La Veronal, con la que ha creado diferentes espectáculos que han girado por todo el mundo, especialmente países de Europa y Latinoamérica. Actualmente se encuentra en Noruega, centrado desde hace unas semanas en la creación de un espectáculo para la compañía nacional de danza del país sobre el gran pintor noruego Edvard Munch en Berger, la segunda ciudad tras la capital, Oslo.

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