Artes Plásticas

Esos pasos que definen una vida

  • La exposición es una muestra de su planteamientos creativos y asume la aplastante realidad del autor, su problemática, su lucha desmedida con un entorno físico hostil

Imagen de la inauguración de la muestra.

Imagen de la inauguración de la muestra. / G. H. (Granada)

Ya hemos comentado en estas páginas el interés creciente que levanta la obra de Emilio Luis Fernández, ese joven artista que posee un particularísimo lenguaje con el continente y contenido sutilmente interpuestos para posibilitar una obra llena de sentido plástico y absoluta dimensión artística.

Es un pintor reconocido y respetado por su increíble capacidad, por su solvencia creativa, por sus proyectos muy bien consensuados en fondo y forma y por sus apasionados parámetros representativos con todo perfectamente equilibrado y llevado a la práctica con una sutilísima plasticidad.

La exposición en la Sala de la Cámara de Comercio de Granada nos plantea la realidad dibujística de Emilio Luis en estos últimos quince años; un tiempo creativo que comenzó, en el año 2003 cuando terminó la carrera de Bellas Artes. Una carrera artística que comenzó mucho antes y que, ya en los tiempos de estudiante, dejaba una clara predisposición por un arte que él, desde su particularísima posición existencial, hacía distinto, brillante y lleno de pasión. Y es que para quienes no lo sepan, es un joven que va en una silla de ruedas debido a una dolorosa enfermedad que le viene de niño.

Tal circunstancia, lejos de condicionar su trabajo, le ha permitido patrocinar un lenguaje y unos conceptos artísticos tremendamente propios que le llevan a conseguir los máximos argumentos creativos. En este sentido, la muestra, titulada 15 Pasos, asume la aplastante realidad del autor; su problemática, su lucha desmedida con un entorno físico hostil y su admirable posición ante la vida.

Dos aspectos, perfectamente diferenciados, conforman esta exposición. En el primer bloque, obras realizadas entre los años 2003 al 2011, E. Luis crea tramas en las que mínimas referencias a sillas de enea, a escaleras dificultosas que impiden el normal tránsito, nos hacen conducirnos por un universo evocado que testimonia la realidad personal del artista pero que, a pesar de todo, abriga ciertas perspectivas en ese arduo recorrido existencial.

Son obras con una fuerte carga metafórica; mínimos desarrollos que abarcan grandes experiencias y que dejan entrever situaciones límites representadas con escasos elementos llenos, sin embargo, de fuerza visual. El autor, en esta serie, titula las obras con fragmentos de sus poemas.

El segundo bloque, dibujos pintados entre 2012 y 2018, lo componen formas corpóreas que se fragmentan formando un todo. Son pequeñísimos dibujos que se entrelazan para formar escenas más amplias. Algunas piezas son mínimos argumentos que se van expandiendo, creando historias mediatas e inmediatas que nos hablan de espacios oníricos, de horizontes poéticos, de lúcidas metáforas; en definitiva, de bellos poemas pintados. De esta manera, para resaltar aún más esa realidad, Emilio Luis titula cada pieza con sus poemas completos.

Estamos ante la mágica y sutilísima obra de un pintor total que dibuja con precisión, con acierto y que nos crea un universo de voces presentidas que plantean una realidad llena de entusiasmo y rigor artístico. Emilio Luis Fernández recrea una bellísima metáfora de la existencia, un particular juego visual que encierra su personal universo y nos transmite sus infinitas ganas de seguir experimentando una vida que él llena de sentido.

De nuevo, este artista, ya imprescindible en los horizontes del Arte de Granada, nos presenta su personal obra donde se descubre la fuerza desmedida de un artista serio, distinto y lleno de energía creativa.

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