La música de Maga tiende a los contrastes. Y busca la dicotomía entre fuerzas contrapuestas. Cálculo o intuición, desde su propio nombre, tomado del inolvidable personaje del Rayuela de Cortázar, aquella Maga de la que Oliveira decía "andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos", y que venía a representar el instinto frente a la visión analítica del mundo de Oliveira, hasta el título de este último trabajo, todo en Maga supone un dilema. La sutileza de Satie contra la fuerza de Godzila. En el terreno de esa pugna es donde se desenvuelve el universo de Maga. Con el quinto disco de su carrera publicado, hace tiempo que encontraron a su público seguramente sin buscarlo, al menos de manera expresa y evidente. Un grupo dual que tiene su origen en una ciudad dual. Igual que Sevilla es la división entre Semana Santa y Feria de Abril, entre el Sevilla y el Betis, Triana o la Macarena, la ciudad de los turistas o donde vive la gente, que cantaban Pata Negra, Maga conservan como uno de sus signos distintivos esa extraña atracción de los opuestos. Y así han sabido crecer debatiéndose entre la naturalidad y la afectación. Su propuesta es al mismo tiempo análisis e intuición, magia y precisión, como cantaba el malogrado Antonio Vega.

Maga surgió en la época en que los cantantes alternativos ocultaban sus carencias enterrando la voz bajo un manto de instrumentación. Maga construye sus canciones con la lección del indie bien aprendida, pero superada. Y sin complejos fueron capaces de incorporar ciertas enseñanzas de los grupos ochentenos, aquellos que no se acomplejaban de poner la voz en primer plano y de descubrir sus sentimientos y sensaciones, con el desparpajo y la impudicia de los cantantes de entonces.

Eso fue en sus inicios. Ahora además, cuando ya forman parte de la primera división del pop nacional, su propuesta ha crecido y se ha enriquecido, en su instrumentación y en los arreglos, pero también en las composiciones. El secreto ha sido, como tantas veces, acudir a lo esencial. A aquello que apela directamente al sentimiento del oyente. Y aunque su música sigue teniendo ese sello distintivo y personal que los diferencia del pelotón de grupos indies, han encontrado su sitio, una vez más sin buscarlo, entre otras grandes bandas que tal vez tengan mayor nivel de popularidad pero a las que no tiene nada que envidiar por más estadios que llenen. Sus canciones se prestan a ser cantadas como himnos generacionales como lo puedan ser las de Vetusta Morla o Love Of Lesbian, por mencionar a los últimos héroes que han encumbrado al indie al nivel de lo comercial. Y para demostrarlo bastará con acudir a la sala Planta Baja esta noche, donde tantas veces han dejado constancia de su entrega y de la energía que son capaces de generar en directo. Junto a ellos abrirán los locales Aurora, ganadores de la edición 2012 del concurso de maquetas Emergentes que organizó la sala con el patrocinio de la Diputación de Granada, y sin duda una de las más firmes promesas de la escena granadina, y uno de los grupos con mayor proyección.