Alberto San Juan | Actor

"Podemos se ha roto, en gran parte, por esa idea autoritaria de organización interna"

  • El dramaturgo madrileño cuenta la historia de la clase trabajadora española en su última obra, la ágil e hilarante comedia musical 'Mundo obrero'

  • El artista presentará esta producción del Teatro Español el fin de semana -sábado a las 21:00 y domingo a las 19:00- en el Teatro Alhambra

San Juan frente al cartel de su película 'El rey' donde plantea interrogantes sobre el papel del monarca emérito.

San Juan frente al cartel de su película 'El rey' donde plantea interrogantes sobre el papel del monarca emérito. / Efe

Muchos recordarán la polémica que rodeó la programación de Autorretrato de un joven capitalista de Alberto San Juan (Madrid, 1968) en el teatro de Pinos Puente. El PP del municipio granadino pidió la cancelación de la obra porque el actor había "ofendido de manera muy grave a víctimas del terrorismo, a la Iglesia y al estamento judicial". El intento de censura, por suerte, se frustró.

El dramaturgo regresa triunfal a la ciudad el fin de semana, esta vez al Teatro Alhambra, con Mundo obrero. La ágil comedia musical contará la historia de la clase trabajadora española desde el siglo pasado. Desde la creación del movimiento obrero, pasando por el exterminio de la guerra hasta llegar al fin de la dictadura y de la movilización social que había terminado con ella, la obra recordará al espectador su condición de clase trabajadora, y con una banda sonora de lujo a cargo de Santiago Auserón.

El equipo de 'Mundo obrero', la última obra del dramaturgo madrileño. El equipo de 'Mundo obrero', la última obra del dramaturgo madrileño.

El equipo de 'Mundo obrero', la última obra del dramaturgo madrileño. / Sergio Parra

-Su obra cuenta la historia de la clase trabajadora en España desde el siglo pasado hasta nuestros días. ¿Hemos cambiado mucho desde entonces?

-Seguimos sufriendo la explotación laboral. Eso no ha cambiado en absoluto. La jornada de ocho horas se conquistó en 1919 gracias a una huelga general indefinida y, aún hoy, en muchísimos casos sigue sin ser una realidad. Las conquistas democráticas son fruto de las movilizaciones populares y en particular del movimiento obrero a lo largo del siglo XIX y XX.

-¿Qué opina sobre la gente que cree que el término clase obrera es anacrónico?

-Ése es uno de los triunfos del capitalismo, el hacernos creer que no somos trabajadores sino propietarios aunque sea en potencia. Podemos hipotecarnos y comprar un coche. Pero la realidad es que apenas tenemos nada. Lo que tenemos, en la mayoría de los casos, pertenece a los bancos. Cuando tenemos algo que hemos acabado de pagar no es difícil perderlo. Una parte mayoritaria de nuestra sociedad vivimos por nuestra fuerza de trabajo, no por nuestras propiedades. Somos clase trabajadora todos. Identificamos la expresión obrero con un trabajador manual de fábrica y aquí en España, en general, somos mucho más camarero o vendedores de casas, ya que fábricas no hay. Una de las cosas que tenemos que superar, que aceptar, es que somos el precariado, esa expresión tan aguda. Vivimos en unas condiciones materiales precarias y siempre cercanos a la posibilidad de la exclusión. La explotación laboral es tan actual como hace un siglo.

-Decía antes que cualquier logro social es fruto de una lucha colectiva. ¿Qué le parece la estrategia tan personalista de Podemos, con el cartel de Pablo Iglesias, a su vuelta del permiso de paternidad?

-Podemos se ha roto, en gran parte, por esa idea autoritaria de organización interna. Las alternativas que plantean otros partidos son igualmente autoritarias. Me refiero a ese autoritarismo sólo en cuanto a organización interna. Yo creo que los objetivos de Podemos sí son de emancipación colectiva.

-Es curioso el panorama político español actual. Hay más partidos que nunca, pero mucha gente no se siente identificada con ninguno de ellos. ¿Con el bipartidismo se vivía mejor?

-Es muy triste tener nostalgia de esa época. Aquí en este país, en estos 40 años desde el 78, hubo una prosperidad aparente a través del crédito fácil y a la propiedad. Se crearon las condiciones para que como efecto de la crisis se creara una extensión enorme de la miseria, y finalmente apareciera algo como Vox. Algo como Vox es fruto natural de estas décadas pasadas.

-Volvamos a su montaje. Mundo obrero se trata al final de una historia de amor. ¿Uno puede vivir el amor con libertad cuando en el trabajo le explotan?

-Es muy difícil. De eso va la obra, de la dificultad de esta pareja protagonista para vivir su amor cuando las condiciones sociales y económicas son difíciles.

-Los derechos laborales han ido menguando conforme la crisis de 2009 avanzaba. ¿Cuánto lo ha notado el teatro español?

-Muchísimo. En la última década se ha reducido considerablemente la actividad cultural, el número de conciertos, de representaciones teatrales, etc. 

-¿Le da la sensación de que en este país nunca se ha apoyado ni respetado las artes escénicas?

-Hay países donde hay un apoyo mayor, como en Francia y Bélgica. Es algo tan simple como que los ayuntamientos no tienen dinero para contratar.

-¿Por qué movimientos sociales da la cara usted hoy día?

-El feminismo por supuesto, porque creo en la igualdad de las personas sean del género, color, característica, que sean. Cualquier que crea que ninguna personas es más que otra es feminista. Es como si me preguntas si soy demócrata. Absolutamente. ¿Eso significa que crea en la democracia que tenemos actualmente aquí? No, para nada. Pero yo si soy demócrata y feminista. Por supuesto. Creo en la igualdad, en la libertad y en la fraternidad. Los principios están claros, lo que pasa es que los utilizamos todos. Vox también utiliza los principios. Pero más que principios, hay que ver quién hace qué cuando tiene ocasión.

-¿Hará huelga este 8M? 

-Apoyaré la huelga dedicándome a los cuidados en mi casa y participando en un punto de apoyo para niños del colegio.

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