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Escenas de interior

Algo más tarde que la condesa Von Reventlow se burlara del psicoanálisis en su El complejo de dinero (1916), el gran Italo Svevo acometía esta refutación, en cierto modo conservadora, de los hallazgos y procedimientos del doctor Freud en torno a la ínsula del inconsciente. Hay que decir, no obstante, que lo que en Reventlow fue fruto de una mordacidad frívola y espumeante, no exenta de una profunda agudeza, en Svevo se muestra con una mayor corpulencia, heredada de una primera fascinación por la técnica psicoanalítica.

No debemos olvidar, por otra parte, que El Golem de Meyrink es de 1915, y que El buscador de almas de Groddeck aparecerá cuatro años más tarde, a instancias del propio Freud. Con lo cual, el tema de la prospección anímica, facultado y habilitado por herr Sigmund, era un tema recurrente, un fascinante lugar común, en el periodo que abarca desde los primerísimos años del XX hasta la abismática cesura de 1939 (a su llegada a Nueva York, y a la vista de la estatua de la libertad, Freud declararía: "No saben que vengo a traerles la peste"). Sea como fuere, La conciencia del señor Zeno es, no sólo la irónica biografía de un buen burgués nacido en Trieste, impelido por su psicoanalista a escribir sus recuerdos. Es, principalmente, una refutación de las capacidades del psicoanálisis para indagar en los motivos últimos de la propia vida. Y ello por dos razones. Para Svevo -para el señor Zeno que firma estas páginas- el psicoanálisis no es más que una compleja y bien urdida literatura sobre la culpa. Además de lo cual, Zeno ha creído descubrir otro asunto, otra falsedad, que no se contradice, sino que se desprende de la propia técnica freudiana: los recuerdos, su evocación, rara vez remiten al hecho evocado y son una formulación actual de sucesos antiguos.

Que esto lo descubra un señor vagamente propenso al adulterio, obsesionado con el tabaco, con las mujeres, con su propia condición inane y meditabunda, no hace sino agravar el sentido irónico de la novela y el tortuoso elogio de la vida que se desprende -magistralmente- de ella.

Italo Svevo. Trad. Atilio Dabini. Ediciones Ulises. Sevilla, 2015. 446 páginas. 20 euros

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