Acción, EEUU, 2013, 115 min. Dirección: Dean Parisot. Guión: Erich Hoeber, Jon Hoeber. Fotografía: Enrique Chediak. Música: Alan Silvestri. Intérpretes: Bruce Willis, John Malkovich, Mary-Louise Parker, Helen Mirren, Byung-Hun Lee, Catherine Zeta-Jones, Anthony Hopkins, David Thewlis. Cines: Cinema 2000, Kinépolis y Serrallo Plaza

Parece claro que ninguna de las muchas estrellas de RED se ha tomado demasiado en serio lo de participar en esta saga que adapta el cómic de DC creado por Warren Ellis y Cully Hamner. Parece evidente también que las viejas glorias reunidas se lo han pasado bien rodándola o, en su defecto, haciendo turismo internacional (París, Londres, Hong Kong, Moscú…) entre toma y toma.

Resulta ya menos claro que ese ambiente distendido, festivo y vacacional del personal se haya contagiado también al espectador de esta rápida secuela de usar y tirar, al que se le pide un ejercicio de relajación paródica sobre el cine de espías y un guiño cómplice con el evidente desahogo de sus protagonistas, una pandilla de ex-agentes secretos internacionales decididos a reorganizar por su cuenta la geopolítica mundial en tiempos de renovada amenaza nuclear.

Dean Parisot se aplica con profesionalidad rutinaria a rebajar todo atisbo dramático de un guión con muy poca chicha que apenas hilvana con celeridad y exceso de metraje una serie de escenas autónomas que oscilan entre los chascarrillos de colegas, las peleas y celos conyugales (con Mary-Louise Parker como lo mejor de la función), el juego de disfraces y traiciones y alguna que otra secuencia de persecuciones por localizaciones turísticas.

No busquen más que no hay. Y ya deciden ustedes mismos si Willis, Malkovich o Hopkins están ya condenados de por vida a la autoparodia o se les puede volver a tomar en serio.