En Granada hay más de 20.000 voluntarios y cerca de 500 asociaciones. Con este respaldo comienza el II Festival de Cine Solidario que hasta el 8 de mayo proyectará películas que, además de pensar, pueden ayudar a pasar a la acción. Desde cortometrajes sobre un niño soldado en África o el tráfico de hachís en África a documentales sobre nuevos métodos de reinserción en las cárceles o el drama del Sida en Kenia y Tanzania. "Es un festival absolutamente consolidado aunque está en su segunda edición", afirmó en la presentación Rosario Ayala, directora general de Voluntariado y Participación de la Junta de Andalucía. "El séptimo arte es aquí una excusa para poner en valor el mundo del voluntariado y trabajos que son difíciles de ver en las salas comerciales", continuó Ayala en un acto que contó con la delegada del Gobierno de la Junta, María José Sánchez Rubio.

Por su parte, el director del certamen, Diego Ballesteros, destacó que el Festival de Cine Solidario contó en su prime año con "un público muy activo en los debates posteriores a las películas". En esta edición volverán las tertulias junto a directores y productores de las películas para que "la masa anónima de voluntarios se convierta en protagonista".

También desconocidos son los protagonistas de cintas como Oro negro, donde se desentraña el turbio negocio del café o Miradas que escuchan el mundo, de Jaime Díez, una reflexión sobre el cambio climático en relación con la pobreza de los países en vías de desarrollo.

En su mayoría se trata de películas españolas, lo que da una medida del "gran nivel de compromiso que tiene el cine en nuestro país". El año pasado, el corto ganador del Festival de Cine Solidario ganó meses después del Goya, demostrando que el compromiso no está reñido con la calidad en la gran pantalla.