Paisito, de Ana Díez, una historia de amor infantil truncada por la dictadura militar en Uruguay de los años 70, y Bienvenido a Farewell-Gutmann, de Xavi Puebla, un drama sobre la lucha por el poder en el trabajo, fueron los dos títulos presentados ayer en la sección oficial del Festival de Málaga. En Paisito, Xabi (Nicolás Pauls), un futbolista nacido en Uruguay pero hijo de exiliados republicanos españoles, acaba de fichar por el Osasuna y al llegar a Pamplona se reencuentra con el pasado.
Por su parte, Xavi Puebla explora la condición humana sometida a determinadas circunstancias en su segunda película, Bienvenido a Farewell-Gutmann, que se desarrolla en una oficina en la que se producirá una pugna para conseguir un ascenso.
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