67 festivaL DE MÚSICA Y DANZA despedida por todo lo alto

El Festival rinde homenaje a los ballets rusos de Diáguilev

  • Las estrellas del Ballet de la Ópera de París protagonizan la última jornada de danza en el Generalife

  • El italiano Simone Valastro estrenará su versión coreográfica de 'El hijo pródigo'

Integrantes del Ballet de la Ópera de París, en una actuación reciente.

Integrantes del Ballet de la Ópera de París, en una actuación reciente. / G. h.

El paso de los Ballets Rusos por España marcó un punto de inflexión en su trayectoria, al producirse un intercambio de culturas y estilos. La península tuvo una gran repercusión y aportó a su empresa artística nuevas formas y conceptos dancísticos. Todo aquello que tanto los intérpretes como el director aprendieron durante esta estancia, se vería reflejado más tarde en el resto de Occidente y en el resto de las obras que realizarían a partir de este momento.

El Festival de Música y Danza de Granada rendirá hoy homenaje a la célebre compañía de ballet creada por el empresario Serguéi Diáguilev cuando se cumplen 100 años de su visita a la capital nazarí. Lo hará con un programa que incluye dos de las coreografías originales que estrenaron en su primera época. Se trata de El espectro de la rosa (1911, Fokine/Weber) y L'aprés-midi d'un faune (1912, Nijinski/Debussy), además de El hijo pródigo, de Serguei Prokofiev, con versión coreográfica de Simone Valastro, que será un estreno absoluto en Granada.

Valastro ha diseñado una coreografía diseñada exclusivamente para ser bailada en el Generalife

Como colofón, el programa incluirá una puesta en escena del III acto del ballet Raymonda (1898, Nureyev/Petipa/Glazunov), último gran éxito de Marius Petipa en el Mariinsky, y cuyo Grand Pas Hongrois fue llevado a los escenarios por los Ballets Rusos en una gala a su llegada a París en 1909.

Todo ello será contado y bailado por Amandine Albisson, Mathieu Ganio, Germain Louvet, Laetitia Pujol y Dorothée Gilbert, que protagonizan esta gala de estrellas del Ballet de la Ópera de París dirigida por el primer bailarín de la compañía, Alessio Carbone.

El bailarín italiano Simone Valastro explicó ayer que su coreografía está "influenciada enormemente por el lugar", ya que está diseñada exclusivamente para bailada en el Teatro del Generalife, entre "sus majestuosos cipreses, que son imposibles de ignorar". El artista ha tenido la idea de situar en ellos, como si fuera el campo, la casa donde vive el protagonista de El hijo pródigo con su padre y su hermano mayor, "pero su sueño, y lo que desencadena su viaje, es vivir en una gran ciudad entre rascacielos", señaló pícaro.

Simone Valastro (Milán, 1979) realizó su primera creación en 2008, año que obtuvo el premio AROP, y su último estreno ha sido The Little Match Girl Passion, en 2017, con el Ballet de la Ópera de París.

Con El preludio a la siesta de un fauno, se recuerda a Claude Debussy por el centenario de su muerte. Vestido también con maillot de cuerpo entero pintado de forma animalesca, creación de Léon Bakst, como el espectacular telón de fondo, Nijinski quiso llevar al movimiento las figuras de un bajo relieve griego que había visto en sus visitas arqueológicas con Diaghilev.

El espectro de la rosa, con coreografía de Michel Fokine sobre la composición de Carl Maria von Weber, e inspirado en un poema de Théophile Gautier, es un paso a dos que catapultó a la fama a Vaslav Nijinsky.

Y el extracto del ballet Raymonda, primer ballet que Nureyev puso en escena en Europa, cerrará la noche y servirá para recordar que hace 25 años falleció Rudolf Nureyev, quien elevó el prestigio de la compañía parisina en sus diez años como director.

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