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Gary Cooper, solo ante el Retroback

  • El Festival de Cine Clásico dedica su séptima edición al protagonista de películas como 'Por quién doblan las campanas' o 'Juan Nadie'

Decían que uno de los atractivos de Gary Cooper era que representaba al ciudadano medio de EEUU, lo mismo que se afirmaba sobre Alfredo Landa en España. En su autobiografía El nombre delante del título, Frank Capra describía a Gary Cooper en estos términos: "Cada surco de su rostro gritaba honestidad. Tan innata era su integridad que podía interpretar papeles falsos, pero nunca parecía falso". Y este rostro será el que el próximo mes inunde las calles de Granada como protagonista de la séptima edición del Festival de Cine Clásico Retroback, que estará dedicado al protagonista de Solo ante el peligro. El ciclo, que comenzó en 2009 con una retrospectiva sobre Audrey Hepburn, se ha caracterizado estos años por haber conseguido una gran presencia en las calles gracias al acuerdo de colaboración suscrito con Cruzcampo, que ha permitido inundar Granada con la imagen del protagonista de cada edición. Así, Humphrey Bogart desplegó su penetrante mirada en 2010, Marilyn Monroe trajo un aire de sensualidad en 2011, Marlon Brando reinó una semana en su papel de Julio César en 2012, los vampiros se apropiaron de las calles en 2013 y, la pasada edición, Ava Gardner, el animal más bello del mundo, fue la imagen que hizo más pasable la espera en las paradas de autobús.

Gary Cooper representó como nadie el papel del hombre íntegro, un tanto solitario, poco hablador, firme ante el adversario y tímido con las mujeres, a quienes trata indefectiblemente como señoras, lo sean o no.

El actor llegó a Los Ángeles en 1924, en principio con aspiraciones de hacerse un hueco como dibujante. Como experto vaquero, comenzó a ganar un dinero como extra en algunos filmes y, 15 años más tarde, ya era el actor mejor pagado de Hollywood. Su primer Oscar le llegó por El sargento York (1941), donde interpretaba a un rústico que acaba convirtiéndose en héroe de guerra, capaz de atrapar a todo un batallón de enemigos con su cara de despistado y como si fuese algo que hiciese todos los días después de tomar el desayuno. Lo lógico es que se lo hubieran dado por Juan Nadie (1941), en donde asumía un papel más arriesgado, el de un Mesías moderno; no obstante, la Academia optó por condecorar al patriota monolítico Alvin York en el momento en el que el país se estaba preparando para la guerra. Su segundo Oscar, por Sólo ante el peligro (1952) demostró que seguía al pie del cañón y que había conseguido salir indemne de errores tan garrafales como declinar participar en Lo que el viento se llevó porque le veía poco futuro comercial.

En la película de Fred Zinnemann, y por una vez, Cooper se atrevía a meterse en los pantalones de un sheriff superado por las circunstancias que casi se larga del pueblo para no enfrentarse a los bandidos de turno. Su tercer Oscar lo recibió pocas semanas antes de morir -el actor falleció 13 de mayo de 1961-, después de una vida de más cien películas y, según cuentan, miles de mujeres. Algunas de ellas compartieron primeros planos con el actor, caso de Ingrid Bergman en el rodaje de Por quién doblan las campanas, donde Cooper interpretó a un brigadista en la Guerra Civil Española pese a que, en la vida real, fue un hombre de ideas muy conservadoras; pero no delató a ningún compañero durante la cruzada anticomunista que se desató en Hollywood. Este es el hombre y el personaje que protagonizará la próxima edición de Retroback a finales de febrero, una cita que, entre sus actividades alternativas, contará con un concierto de música de cine de la OCG en el Auditorio Manuel de Falla, el 28 de febrero, que estará dirigido por Arturo Boskovich. Una vez más, las estrellas del Hollywood dorado se dejan caer por Granada con la llegada del Retroback...

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