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"La Generación de la República nos reconcilia con el pasado"

  • El conjunto de vientos Moonwinds, que fundara y lidera el clarinetista valenciano Joan Enric Lluna, retoma su discografía con un álbum dedicado a Salvador Bacarisse y Jesús Bal y Gay

Moonwinds, con Joan Enric Lluna en primer plano.

Moonwinds, con Joan Enric Lluna en primer plano. / Alex Baker

Joan Enric Lluna fundó el conjunto Moonwinds en el año 2006 según el modelo tradicional de la llamada Harmoniemusik, octetos de vientos que tuvieron gran relevancia en Centroeuropa desde mediados del siglo XVIII hasta las primeras décadas del XIX. Sus primeras grabaciones para Harmonia Mundi con obras de Mozart y Martín y Soler tuvieron notable impacto, pero luego el grupo se fue diluyendo. Está decidido a reflotarlo.

-¿La crisis económica les afectó tanto?

Cada compositor de esta generación desarrolló su propio estilo, pero estaban en la vanguardia europea"

-Sí, pero nunca desaparecimos del todo. Hemos tocado fuera de España, en Finlandia y también en Alemania. Este grupo nació con voluntad de estabilidad, casi siempre hemos sido los mismos. Reunir a los miembros originales siempre es difícil, y sobre todo es caro. Esa ha sido la mayor dificultad. Tenemos la suerte de tener músicos de primera fila y cada uno hace su carrera. La oboísta está en Berlín, uno de los fagotistas, en Bremen, el otro en Karlsruhe... He preferido no reunir al grupo cuando no podía ser a hacer proyectos con otros músicos. Durante una época eso nos impidió hacer más proyectos, que es lo que me habría gustado. La crisis marcó nuestro ritmo, pero también, incluso más, esta ética de trabajo.

-Con este último disco ha hecho una excepción.

-Era una situación excepcional. Teníamos detrás a la Fundación March, que promocionaba este repertorio y nos ofrecía el concierto, y teníamos que aprovechar para grabar, porque si no, habría sido imposible. Aquí hay músicos que no son del grupo original, pero son fantásticos. Moonwinds estaba ya en un momento de recuperación y lo hemos aprovechado. Tenemos más proyectos para 2019 y 2020 que para este año.

-En este álbum recogen obras de dos compositores de la Generación de la República, Salvador Bacarisse y Jesús Bal y Gay. ¿Cuándo empezó a interesarse por la música de estos compositores?

-Hace unos 25 años, yo estaba viviendo en Londres, y una discográfica inglesa me pidió hacer un disco de música española. De repente me di cuenta de que no conocía casi nada: cosas de Julián Menéndez, Miguel Yuste, Antonio Romero, todos ellos compositores que habían hecho estudios para el instrumento. Y pensaba que eso no era posible, que tenía que haber más. Empecé a investigar, a leer, a preguntar a musicólogos amigos, y empezaron a mandarme cosas: una obra de Ramón Carnicer, la Fantasía española de Julián Bautista, la Sonata de Bal y Gay... Un musicólogo inglés editó también piezas de Robert Gerhard, que grabé. Empecé a sentir muchísima curiosidad y descubrí a esta generación. Es un tema que me ha fascinado desde entonces. Pienso que es una obligación de los intérpretes ir redescubriendo estas obras para darlas a conocer. Es algo que nos reconcilia con el pasado. Nos hace entender más lo que es la música española. Después de la Guerra Civil hubo un vacío enorme. Sólo entiendes lo que habría sido la evolución natural de la música cuando descubres a esta generación y la ligas con las generaciones actuales, en las que hay compositores muy importantes. Es la única forma de llenar este vacío.

-¿Cómo hizo la selección de obras para este CD?

-Yo había hecho ya un disco dedicado a la Generación,un recital con piano con obras de Bautista, Bal y Gay, Gerhard y Menéndez. Y me propuse hacer algo de música de cámara con Moonwinds. Fui a la Fundación Juan March, que sabía que tenía un legado muy importante, a ver qué encontraba para grupo de vientos, y encontré esta maravilla del Concierto de arpa de Bacarisse [Concerto pour le jour de l'an], que tiene varias versiones, una con orquesta, pero también ésta con instrumentos de viento, con una orquestación muy diferente a lo normal, con dos saxos y dos trompas junto a clarinete, clarinete bajo, oboe y flauta. No había partitura, sólo estaban las partes y a partir de ellas hemos reconstruido la obra, un trabajo enorme, pero estoy muy contento, porque hemos recuperado una gran obra, que además Cristina [Montes] toca de forma maravillosa. Y encontré también otras piezas de Bacarisse, como el dúo de flautas [Chant de l'oiseau qui n'existe pas], que es una pieza muy curiosa, encantadora, escrita en en líneas paralelas, un experimento, quizás en un intento de recrear la música de la Grecia antigua. Pensando que haríamos un monográfico Bacarisse, decidí reconstruir Introducción, Variaciones y Coda,una obra catalogada para clarinete, pero que sólo encontramos en versiones para violín y piano y para cello y piano. Cristina añadió también una obra para arpa sola [Preludio, Elegía y Pasapié Op.60]. Decidí añadir el Divertimento de Bal y Gay, que había encontrado en otro sitio, y que es una obra de una escritura neoclásica maravillosa.

-¿Están Falla y Stravinski detrás de esta música?

-El padre de toda esta generación es Manuel de Falla. Todos bebieron de su música, de hecho en la obra de Bal y Gay resuena el Concierto para clave de Falla. Pero lo esencial es que estos compositores pusieron a la música española en la vanguardia de Europa. Cada uno desarrolló un estilo propio, pero estaban en la vanguardia europea. Vivían con la sensación real de que estaban innovando, rompiendo con el pasado.

-Usted es miembro de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, la del Palau de Les Arts. Tras las recientes crisis sucesivas, ¿hay futuro para ese proyecto?

-Sin duda. En los últimos años, la gestión fue nefasta, pero el edificio tiene unas posibilidades enormes y, pese a todo, la orquesta sigue siendo de gran nivel. Para mí fue un sueño formar parte de este proyecto, una orquesta así no se había visto nunca en España, y en mi ciudad... Ahora ha llegado un nuevo director, Jesús Iglesias, y estamos esperanzados en que él sepa darle al proyecto una orientación realista, pero sin bajar el nivel artístico. Yo llevo un año en excedencia y no sé lo que haré ahora, porque tengo muchos compromisos personales, pero de momento sigo ahí.

-Esos compromisos incluyen su trabajo como director. ¿Cómo le va en esa faceta de su carrera?

-Subiendo. La semana que viene dirijo a la Orquesta de Cadaqués en su 30 aniversario. Tengo proyectos en Berlín y luego también en Alicante. Poco a poco voy teniendo más compromisos. Es lo que me hace más ilusión ahora mismo, el clarinete también, por supuesto. Pero lo que quería hacer cuando fuera mayor era dirigir, y como ya soy mayor...

-¿Hay proyectos inmediatos para el disco?

-Varios. Lo próximo es un homenaje a Benny Goodman y Leonard Bernstein para IBS. Más adelante haré con la Berliner Camerata un monográfico Weber (las dos sinfonías y los dos conciertos de clarinete) y con la Orquesta de Andorra un monográfico Albert Guinovart.

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