Boyhood, el bello relato de iniciación a la vida de un muchacho que firma Richard Linklater, se impuso en la madrugada del lunes en los Globos de Oro, al recibir tres galardones, los de mejor película en categoría de drama, director y mejor actriz secundaria, Patricia Arquette, recuperada para el cine tras una carrera con mayor fortuna en televisión. Fue asimismo una noche agridulce para Birdman, del mexicano Alejandro González Iñárritu, que partía como favorita con el mayor número de candidaturas, siete, y si bien se hizo con el galardón al mejor actor de comedia (Michael Keaton) y al guión, no cumplió con las expectativas: vio como le arrebataba el Globo a la mejor comedia El Gran Hotel Budapest, otra pieza de artesanía de ese singular orfebre que es Wes Anderson.

Iñárritu, que en su película reflexiona sobre los problemas del ego a través de un puñado de actores que montan una obra en Broadway, tuvo así cierta cura de humildad con un palmarés que al menos premió su trabajo como guionista junto a Nicolás Giacobone, Alexander Dineralis y Armando Bo. Aunque no tuvo toda la suerte a su favor, el director de Amores perros sentiría la admiración de Hollywood. "De todos los actores que hay aquí, no hay nadie que no quiera aparecer en tu próximo proyecto", le señaló Michael Keaton cuando recogió el Globo al mejor intérprete de comedia. El protagonista del Batman de Tim Burton emocionó a los presentes cuando recordó sus raíces en una granja de Pensilvania y dedicó el reconocimiento a su hijo. "En el hogar en el que crecí los lemas eran sencillos: trabaja duro, no te rindas, sé agradecido, sé respetuoso y no te quejes nunca, mantén siempre el sentido del humor", dijo antes de hablar de su vástago: "Mi mejor amigo es amable, inteligente, divertido, talentoso, considerado, cortés. Resulta que es también mi hijo Sean".

Keaton se afianza así como el favorito al Oscar, ya que uno de sus rivales más firmes para la estatuilla, Benedict Cumberbatch (Descifrando Enigma), perdió en la categoría de mejor actor de drama. Fue el británico Eddie Redmayne, visto en Mi semana con Marilyn o Los miserables, el que conquistó esta distinción gracias a La teoría del todo, en la que encarna al científico Stephen Hawking. El londinense confesó al auditorio que se había casado dos semanas antes y había recortado su luna de miel para asistir a la gala.

La Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood, que otorga los Globos de Oro, mostró ayer su debilidad por la estupenda Amy Adams, que ya subió al escenario del hotel Beverly Hilton el año pasado con La gran estafa americana y volvió a hacerlo ahora gracias a Big Eyes de Tim Burton, con lo que suma su segundo Globo de Oro como mejor actruiz de comedia. Para el Oscar, sin embargo, la eterna candidata al premio de la Academia -ha sido seleccionada sin suerte en cinco ocasiones- lo tendrá difícil frente al empuje de Julianne Moore, galardonada en los Globos como la mejor actriz de drama gracias a Siempre Alice, un largometraje que se estrena el viernes en España y en el que interpreta a una mujer a la que le diagnostican un alzheimer precoz. Moore competía también en el apartado cómico por su trabajo en Maps to the Stars, de Cronenberg, y todo apunta a que esta temporada de premios sea la de una intérprete fabulosa a la que Hollywood no ha reconocido lo suficiente.

No hubo sorpresa en la elección de Patricia Arquette como mejor actriz de reparto por su encarnación de una madre entregada en Boyhood, aunque la irresistible Emma Stone suponía un peligro con su notable aparición en Birdman. Esperado era también el respaldo al veterano J. K. Simmons, galardonado por su impresionante recital en Whiplash, del joven Damien Chazelle, que triunfó en el apartado de mejor actor de reparto y dejó sin opciones al brillante Edward Norton de Birdman. Whiplash es una de las sensaciones indies del año junto a Selma, de Ava DuVernay, que logró el Globo a la mejor canción, Glory, deJohn Legend y Common.

En el apartado de filme en lengua extranjera, entretanto, asombró la apuesta por la rusa Leviatán antes que por la polaca Ida, la preferida en las quinielas después de su triunfo en los Premios del Cine Europeo.

La ceremonia, presentada por tercera vez y última por Tina Fey y Amy Poehler, estuvo marcada por recurrentes menciones al atentado terrorista en París contra la revista satírica Charlie Hebdo, así como el ataque cibernético a Sony y la controversia con Corea del Norte. George Clooney, que fue homenajeado con el premio Cecil B. DeMille por toda su carrera, lució una chapa con el mensaje Je suis Charlie en solidaridad con las víctimas de la masacre. "Las millones de personas que se manifestaban en estos días lo hacían para mostrar que no caminaremos con temor. No lo haremos", dijo Clooney.

En un tono mucho más jocoso, Fey y Poehler echaron mano de una actriz disfrazada de autoridad norcoreana para bromear sobre la controversia causada por el filme La entrevista. "Esta noche celebramos todas las series de televisión que conocemos y amamos... y todas las películas que le parecieron bien a Corea del Norte", bromeó Fey al comienzo de la ceremonia.