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"Granada sigue siendo un referente nacional en poesía"

  • El autor granadino presenta su segunda novela, 'El dueño de su historia', una trama sobre un hombre que confiesa un asesinato en su propia batalla contra el franquismo

"Esta historia, salvando el atípico final, es una historia fea y aburrida..." Así comienza El dueño de su historia, la segunda novela del granadino Alejandro Pedregosa (la primera, Paisaje quebrado, obtuvo el Premio de Novela Corta José Saramago en 2004), una obra ambientada en la lucha antifranquista y que parte de un extraño crimen. Pedregosa, poeta y escritor, fue también durante años director de la revista literaria Letra Clara. La novela se presentó ayer en la Fundación Euroárabe con la presencia del catedrático de Literatura Andrés Soria y el profesor del Ciencias Políticas Antonio Fernández Navarro. Granada también cuenta ya con novelistas.

-¿De qué trata 'El dueño de su historia'?

-Es la historia de un hombre nacido en 1939 contada en 2008. Es la historia de su vida, con saltos hacia atrás y hacia adelante y cuatro voces narrativas. La novela comienza con la confesión de que ese hombre ha cometido un asesinato, un asesinato que es la historia de toda su vida. Está oculto en Estoril, en Portugal, y tiene Alzheimer. Todo lo que ese hombre va relatando está relacionado con la lucha antifranquista.

-Las nuevas generaciones de jóvenes parecen no estar muy interesados en la Guerra Civil o el franquismo, pero usted se ha atrevido a abordar ese tema...

-Bueno, la Guerra Civil no entra del todo en la novela, que habla especialmente de los años sesenta. Me detengo, sobre todo, en lo que yo llamo los 'útiles olvidados', esa gente que se necesita para que progresen las cosas y que son quienes, precisamente por eso, se llevan todos los palos. Son, por ejemplo, las mujeres que dieron el primer paso cuando se aprobó la Ley del Divorcio. Fueron las primeras divorciadas y por ello las insultaba todo el mundo; tenían que aguantar de todo. Pasaron los años, la Ley del Divorcio se aceptó con normalidad y las cosas cambiaron. Otro caso es el de los primeros insumisos que fueron encarcelados. Yo buscaba un ejemplo de ese tipo de gente, pero a mayor escala, y entonces encontré a este personaje que nunca sería recordado pese a sus sacrificios.

-¿Cuáles son los 'útiles olvidados' de hoy para usted?

-Greenpeace, por ejemplo, porque parece inminente lo que viene ahora pero pocos parecen hacerle caso. Ellos son gente normal que está actuando de avanzadilla. Los olvidados son no son héroes, sino gente normal. La Historia se mueve a base de golpes, de movimientos bruscos, que hacen que la gente se conciencie.

-¿Qué se considera más, escritor o poeta?

-Hasta esta novela, siempre me había considerado más poeta. Pero creo que ahora soy más escritor. Lo que he decidido hacer ahora es alternar. Acabo de publicar este libro y dentro de dos meses publico uno de poemas.

-Usted ha sido director de la revista literaria 'Letra Clara'. ¿Hace un poco también de función de 'útiles olvidados'?

-Sí, exactamente. Se trata de una revista que no se vende multitudinariamente, pero que es necesario que esté. Letra Clara es la avanzadilla para los estudiantes de Letras en Granada. Mezcla dos cosas: da salida a los jóvenes que comienzan a escribir y también salen firmas importantes. Que un chaval de Primero o Segundo de carrera se empiece a dar a conocer en los ambientes literarios es muy estimulante. Además, en muchos casos, es muy posible que veinte años después alguien acuda buscando los primeros poemas de un autor que ha tenido éxito.

-¿Cómo ve el ambiente literario en Granada?

-Yo lo veo muy sano y muy vitalista. Lo que haya en medio en cuanto a disputas y todo eso no me interesa en absoluto. Cualquier pelea literaria en Granada es una pelea de miserias, porque la literatura no aporta dinero, es como pelearse por cuatro migas de pan que no dan para nada. Y lo peor es que esas disputas no son entre grandes nombres, sino entre nombres mediocres de diferentes camarillas.

-¿Por qué Granada es un hervidero de poetas?

-Hay varias razones: hay una Universidad de prestigio con profesores muy buenos. Luego está la influencia de Federico García Lorca, que es muy importante, y finalmente, está el ambiente literario. Alguien se va a otras ciudades como Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla o Bilbao, y la actividad literaria allí es pequeñísima. Aquí, en cambio, es enorme. Eso hace que mucha gente emigre aquí, porque aquí van a encontrar que su trabajo tiene mucha repercusión.

-Parece que hay una nueva hornada de poetas en Granada con gente muy joven como Andrés Neuman, Fernando Valverde o Daniel Rodríguez Moya. ¿Qué le parece ese nuevo relevo?

-A mí me parece gente muy válida y con capacidad. Lo único que aconsejaría es que, una vez aprendidas, olviden las aportaciones de los grandes maestros y encuentren su propia voz, su propia identidad poética. Cuando tus maestros son tan grandes, uno puede quemarse. De cualquier modo, la salud literaria de Granada está muy bien. Granada sigue siendo un referente nacional en la poesía, y eso es señal de que lo que se está haciendo aquí se está haciendo bien.

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