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"Hoy en día es más costosa una entrada de fútbol que de ópera"

  • Amante de la ópera desde niño, Meladze opina que nunca es suficiente para seguir aprendiendo: "Como decía Pavarotti, un tenor necesita dos vidas"

Con toda una vida de ópera a sus espaldas, Giorgi Meladze (Georgia) ha superado ya el reto de ser comparado con tenores como Pavarotti o Plácido Domingo. Hoy volverá a entornar el Nessun Dorma de Turandot. No le tiene miedo. Sólo "respeto", dice, porque es consciente de las expectativas del público. Será en el Isabel la Católica hoy, a partir de las 20:30 horas.

-Esta noche interpretará en Granada 'Turandot', la obra póstuma de Puccini. ¿Qué supone para usted enfrentarse a una de las mejores óperas de la historia?

-Por una parte es un honor pero también requiere un gran trabajo y una gran responsabilidad de estar siempre en forma, de dar la talla.

-Su rol es el de Calaf, ¿cuál es la dificultad de este personaje?

-La mayor dificultad es poder satisfacer las expectativas del oyente. Generalmente, el público llega a la función tras haber escuchado las grabaciones de todos los 'grandes' y, luego llegas 'tú' y tu labor fundamental es no defraudar. Otra dificultad del papel son las emociones internas, que el cantante tiene que transmitir con la voz y, por si fuera poco, éstas van en aumento sin dejarte ni un momento de respiro hasta el final.

-¿Y su belleza?

-La belleza musical sin ninguna duda está en el aria Nessun Dorma, que escuchada dentro de la obra resulta ser aún más bella, pero el papel tiene muchos momentos de belleza hipnótica. Calaf es un príncipe y se comporta como tal, con una nobleza irreprochable. Turandot es una obra que cuantas más veces la escuchas, más descubrimientos haces de momentos de auténtica belleza musical.

-¿Cuántas veces la ha cantado? Imagino que es toda una responsabilidad como tenor reinventar fragmentos como el de 'Nessun Dorma' que acaba de nombrarme.

-Ya la he cantado en unas cuantas ocasiones, aunque todas las veces son pocas para poder decir que la cantas bien. Como decía Pavarotti, un tenor necesita dos vidas: una para poder alcanzar el nivel de perfección y la otra para cantar. Y sí, es una gran responsabilidad, como decía antes, poder satisfacer las expectativas del público. Todos están esperando el Nessun Dorma, y aunque no es el momento de mayor dificultad de todo el papel, sé que es el momento en que uno tiene que 'poner toda la carne en el asador'.

-¿Qué ocurre entre el público cuando canta esta pieza tan conocida gracias a los Tres Tenores?

-En todos los teatros en los que he cantado esta obra ha sido como una explosión de emociones, muchos bravos y aplausos interminables, que a mí, si me permiten, me gustaría dedicarlos a Puccini, que es el auténtico protagonista del éxito.

-Usted ha cantado un amplio repertorio, desde Verdi a Puccini, ¿cuál son su compositor y ópera preferidos?

-Verdi y Puccini son mis compositores favoritos, los dos son muy diferentes, pero ambos tienen una magia especial. Es como querer a dos hijos por igual. Pero mi opera favorita es sin duda Aida, igual porque tiene para mí un significado especial. Es una ópera que me trae unos dulces recuerdos de infancia, ya que es la ópera que más interpretó mi padre.

-Ha interpretado el rol de Radamés en 'Aida' o el de Calaf ahora en 'Turandot'. De todos los protagonistas que se han creado a lo largo de los tiempos para la ópera, ¿con cuál se quedaría?

-Con Radamés, sin duda. El papel de Radamés tiene una dificultad como ningún otro papel para el tenor y al mismo tiempo posee una belleza irrepetible.

-Usted fue solista del Teatro Nacional de la Ópera y Ballet de Tbilisi hasta el 2003. ¿Cuándo y por qué decidió dedicarse a la música?

-Puedo decir sin exagerar que me crié en el teatro de Ópera. Mi madre fue bailarina de ballet clásico y mi padre tenor. En mi infancia llegué a formar parte de esa gran familia artística, fui uno de los niños actores del teatro. Tenía un deseo de ser bailarín del ballet, pero mi padre descubrió mis dotes vocales e insistió en que estudiara canto.

-¿Cree usted que la ópera está sólo dirigida a una cierta clase de público?

-La ópera no es elitista. ¿Y el fútbol? ¿Es elitista? Hoy en día es más difícil y costoso hacerse con una entrada de fútbol que de ópera. El problema es que este género, como el resto de la música clásica, cae poco a poco en el olvido y es una pena. La ópera ennoblece, la ópera aporta buenos sentimientos.

-¿Cómo ve su futuro aquí en nuestro país?

-Creo que a pesar de la crisis la ópera va a salir a flote. Gusta y siempre va a tener sus adeptos, sólo hay que darle un pequeño empujón, atraer a más espectadores, animarles a amar la ópera. Y aquí quiero destacar la excelente labor de la compañía Concerlírica, que lleva la ópera de calidad a todos los rincones de España.

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