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'Incendies', el perverso juego del destino

  • El canadiense Denis Villeneuve retrata los dramas de la guerra del Líbano

Tras rozar el Oscar a mejor película de habla no inglesa, llega a España el próximo fin de semana Incendies, drama familiar e histórico del canadiense Denis Villeneuve que retrata, con un sentido trágico del azar, los dramas íntimos que generó la primera guerra del Líbano.

Villeneuve se niega a aceptar la derrota en el camino hacia la paz en Oriente Medio, pero lo busca desde una peculiar perspectiva: asumiendo que "nuestra identidad se construye sobre rabias y cóleras que nos esclavizan", asegura.

Incendies, basada en la obra teatral de Wajdi Mouawad, cuenta la historia de dos gemelos libanocanadienses, Jeanne y Simon Marwan (interpretados por Mélissa Désormeaux-Poulin y Maxim Gaudette) que tienen que lidiar no sólo con la muerte de una madre poco dada al cariño, sino a las sorpresas que les depara el testamento: en él descubren que tienen un padre y un hermano que desconocían. Así, el filme de Villeneuve comienza sin miramientos a desgranar conflictos de gran complejidad: el de una familia desestructurada que busca la semilla de su divergencia y el enfrentamiento de razas, religiones e ideologías que crea el crisol de Oriente Medio, centrándose en el conflicto libanés de 1982.

Incendies habla de la facilidad para errar en alguna de las tantas parcelas de la vida: de una madre que entregó su vida para ser una heroína de su pueblo, pero bloqueó las puertas de la emoción hacia sus hijos. O de un azar que pone en evidencia la caprichosa crueldad de la violencia.

El mensaje de Villeneuve es claramente dialogante: "Para poder llegar a vivir plenamente un amor hay que ser capaz de replantear ciertas partes fundamentales de nuestra identidad heredadas de nuestra infancia. Esas cóleras cíclicas son las que nos impiden amar y no poder amar nos impide llegar a ser adultos".

Incendies es el camino de búsqueda de ese trauma que genera el bloqueo emocional a los protagonistas, pero las piruetas del destino les reserva un terrible desenlace que desdobla los sentimientos entre lo familiar y lo político.

La mezcla, que se podría haber derramado hacia el exceso, es moderada por Villeneuve. "Lo que más me gustaba de la obra era que tiene una extraordinaria una capacidad reactualizar la tragedia griega en un contexto moderno. Pero si en la obra de teatro los personajes están siempre al borde de la explosión. pero yo he trabajado la contención, la implosión", resume.

Inspirado por el "mejor retratista del dolor, Ingmar Bergman" y como admirador del "gran maestro de las sagas familiares, Francis Ford Coppola", Incendies busca el equilibrio: "Hay una cantidad de acontecimientos dramáticos que pueden rozar lo grotesco. Cada secuencia podría llegar a dar para una película en sí misma", asegura. Y en ese trabajo de síntesis, que hace que las distintas capas del filme se vayan solapando hasta formar un rompecabezas irrespirable, refleja "la violencia de la repetición".

"Me impresionaba de Yasir Arafat con sucesivos presidentes estadounidenses, como una obra de teatro que se repetía hasta el fin. Esta obra, precisamente, tiene la idea de romper y acabar con ese ciclo estéril", comenta.

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