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Jordá describe "la felicidad que llega cuando todo se viene abajo"

El narrador, poeta y autor de libros de viaje Eduardo Jordá (Mallorca, 1956) ha reunido sus últimos relatos en Yo vi a Nick Drake (Rey Lear), de cuyos personajes dice que le interesa "describir ese momento en que uno cree que es feliz cuando en realidad todo se está viniendo abajo". Según el autor, se trata de historias en que "los personajes están de paso, y su roce con la felicidad es así, también muy leve, muy tenue, pero la tienen ahí, al alcance de la mano". Familias a punto de desmoronarse, parejas que no saben qué camino tomar, un profesor mediocre aliado con el más brillante de sus alumnos para traficar con droga, un mitómano que sigue los pasos de un mítico rockero o un director de cine rico y famoso con los días contados por un cáncer, recibido por un amigo escritor que se parece a James Salter -Eduardo Jordá, es traductor y amigo de Salter-.

"Ese relato lo escribí a partir de una historia que James Salter me contó en un correo: la visita que le hizo un director de cine enfermo de cáncer y cómo los dos terminaron el día recitando en voz alta un poema que se llamaba Un día de verano", explica. "Los dos se conocían porque Salter había sido guionista de cine en los años sesenta y setenta; de ahí surgió el relato; lo escribí sin haber estado en la casa de Salter en Long Island, y un tiempo después, cuando pude visitarla, me alegró que se pareciera bastante a como yo la había descrito". Los viajes impregnan la literatura de Jordá, y todos estos relatos transcurren lejos de España: "Supongo que eso es una maldición de la que no me libro; los relatos transcurren fuera, pero los personajes son españoles -excepto en la historia del guionista y el director de cine-, y supongo que eso es lo que importa".

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