Espectáculo

El réquiem de los abajo firmantes

  • El equipo formado Juan Pinilla y Paco Espínola ofrecen esta noche un concierto en el Teatro Alhambra un espectáculo con poemas de autores que terminaron sus vidas suicidándose

Juan Pinilla pondrá voz a la música de Paco Espínola.

Juan Pinilla pondrá voz a la música de Paco Espínola. / G. H. (Granada)

El Teatro Alhambra será escenario esta noche de un excepcional concierto: Los abajo firmantes (réquiem). Y resulta extraordinario por varios motivos. El primero es su temática literaria, porque se trata de una selección de poemas de escritores suicidas, una cuestión normalmente tabú.

El segundo motivo es por la concepción musical del mismo, porque los poemas de Primo Levi, Javier Egea, Sylvia Plath, Dylan Thomas, Cesare Pavese, Pablo del Águila, Florbela Espanca, José Asunción Silva, Alejandra Pizarnik o Vladimir Maiakovski están interpretados por un cantaor de voz poderosa, Juan Pinilla, que abandona el flamenco para enfrentarse a nuevos sonidos y registros vocales (Debussy, Albinoni, Fauré, Gorecki, etc.).

Estará acompañado al piano, teclado, samplers por Jesús Serrano; y en la narración, por el periodista y músico Paco Espínola.

El resultado de esta explosiva mezcla ya puede adelantarse en formato de un ‘librisco’ del mismo título que el concierto y que ya se presentó en la librería Picasso y un vídeoclip que se rodó hace unos meses en la Cueva de las Ventanas de Píñar.

“Esto no es un canto a la muerte sino a los deseos, a los anhelos de esos escritores. En cualquier caso, se acerca al dramatismo que rodea a la creación. Tampoco tiene la complejidad literaria que pudiese pensarse sino que es un concierto paro todos los públicos”, aclara Paco Espínola sobre el contenido del ese ‘librisco’ y del espectáculo que podrá disfrutarse esta noche a partir de las 21:00 horas.

Por este motivo, aunque el final de esos autores sea el hilo conductor que los ha unido, Espínola advierte que los textos no son en ningún caso lúgubres. “En absoluto. Son un canto a la vida como contrapunto a la muerte. Esa muerte es sólo el fin de unas historias en las que lo que se busca con anhelo es la vida. No hay nada morboso en ellos”.

Espínola precisa que también el tratamiento que se ha hecho de estos textos es raro. “Se respeta absolutamente el texto, lo que no suele ocurrir porque la poesía lleva un tipo de acentuación, un tipo de ritmo y un tipo de rima especial. Cuando se musican se suele huir de eso para centrarse más en el apartado musical. Pero aquí no es el caso porque hemos trabajado para respetar absolutamente los textos”.

Y eso, incluso, en los casos más complicados como los de Vladimir Maiakovski, del que se escuchará Oigan, o el de Sylvia Plath, Lady Lazarus. “Nos encontramos con un verso de tres sílabas, otros de cinco, otro de siete... Nosotros hemos trabajado la música para adaptarnos a esa línea poética. El de Plath ha resultado casi un rap porque no había otra manera”, señala sobre el trabajo conjunto que ha realizado con Juan Pinilla.

También destaca la complejidad de Secuencias, de Alejandra Pizarnik, porque es una pieza de “métrica muy compleja, casi como versos o ideas escritos en la pared de una prisión”. "Sobre ellos hemos trabajado con una composición minimalista muy especial”, agrega.

El espectáculo, que se abre y se cierra con un poema recitado por la voz del propio Dylan Thomas al que Espínola ha puesto una música de fondo, seguido de otro de Javier Egea, y después un texto de Paco Espínola, Juan Pinilla y Ángeles Mora. “Pero no intentamos abofetear a la gente con nuestro conocimiento. Es un concierto para un disfrute muy emocional y emotivo”, apostilla.

Además del exotismo de los textos para ser musicados, la música presenta otras anomalías. Por ejemplo, para acompañar al poema de Maiakovski se utiliza una composición de Debussy sobre el que se sitúa una percusión casi de tambores de procesión. “La melodía de la flauta es interpretada por la voz de Pinilla al estilo de las saetas”, adelanta Espínola sobre algunas de las sorpresas que se podrán escuchar. Por su parte, Pinilla se muestra encantado de haberse puesto “en las manos de Espínola”. “Me salgo del flamenco pero para hacer música de mucha calidad”, comenta.

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