Actual

Julia Navarro: "No escribo pensando en que mis novelas sean llevadas al cine"

Bajo el cielo de San Petersburgo. Así arranca la trama de la quinta novela de Julia Navarro, Dispara, yo ya estoy muerto (Plaza & Janés / Rosa dels Vents), en la que la escritora narra la historia de dos familias, los Zucker y los Ziad.

Unos son judíos expulsados de Rusia a finales del siglo XIX, y otros son los árabes con los que convivirán en Tierra Santa como si de una misma familia se tratase, obligados por las circunstancias. Un argumento perfectamente cinematográfico, a pesar de que no sea esa la intención de la autora: "No escribo pensando en que lleven mis novelas al cine", recalca Navarro. Con futura vida cinematográfica o no, Dispara, Yo ya estoy muerto es una "novela de personajes muy diferentes a los que la vida ha puesto en situaciones insoportables" que ofrece un friso histórico desde finales del siglo XIX hasta 1948, viajando desde la Rusia zarista hasta Jerusalén, pasando por París, Londres, Toledo, Madrid y los campos de concentración nazis.

"No quería escribir sobre el problema político. Ésa es la excusa, el telón de fondo, el decorado para hablar de cómo las circunstancias marcan el destino de la gente muy a pesar del propio ser humano, que es lo que realmente me interesaba", explica la autora, quien admite que pensó en situar la trama en otros lugares como África o los Balcanes. "Me decidí por Oriente Medio porque era una forma muy didáctica de hablar de personas que comparten el mismo espacio vital", matiza. A este respecto, añade que su idea era escribir una novela sobre cómo todos los seres humanos llegan al mundo "con una especie de pack en el que entran la religión, lugar geográfico, situación económica o contexto histórico", para reflexionar acerca de lo complicado que es "romper esos elementos predeterminados que nos marcan".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios