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Julián Amores vuelve la mirada a su trayectoria

El pintor y grabador cacereño Julián Amores expone Una mirada atrás (pinturas), una selección de pinturas pertenecientes a distintos momentos de la trayectoria del autor. En la exposición se muestran obras de temática abierta, en las que el artista sugiere situaciones oníricas, cargadas de simbolismo, a través de las cuales invita al espectador a dar sentido a cada cuadro, a completarlo, por medio de su lectura, de su diálogo con él.

Se trata de una colección de 10 cuadros en la que Amorós demuestra su dominio en la técnica del acrílico, aunque entre las obras hay también un óleo. La mayoría de las piezas son de formato medio, aunque el cacereño se decanta en cuatro ocasiones por el pequeño y en una, por las grandes dimensiones.

Una mirada atrás (pinturas) se encuentra fuera del circuito habitual de galerías y salas de exposiciones con las que Amores ha colaborado normalmente. El pintor señala que el objetivo de la selección de piezas que él mismo ha realizado es "apoyar las actividades de la Asociación del Diente de Oro". "No se trata de una retrospectiva propiamente dicha, aunque las obras se hayan expuesto ya en otras muestras. Sí he querido darle una unidad a esta selección de trabajos de toda mi carrera", explica el pintor.

Esta exposición, que podrá verse en el Café Anaïs hasta el próximo 25 de enero, se complementa con otra, esta vez de grabados, que bajo el mismo título Una mirada atrás (grabados) será inaugurada, el próximo martes 22, en el Salão, situado en el número 13 de la Plaza de la Romanilla.El pintor, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, lleva dos décadas afincado en Granada. Profesor de dibujo en un instituto de Churriana de La Vega, Amores pertenece al Taller de Grabado de El Realejo y ha realizado varias muestras individuales y colectivas en el circuito de galerías granadino.

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