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Kobayashi: "En Granada rodaría una comedia"

  • El cineasta japonés presenta hoy en el certamen granadino su última película, rodada en una zona arrasada por el tsunami

Lo primero con lo que se ha topado Masahiro Kobayashi en Granada ha sido con una procesión de mujeres vestidas de gitana y hombres a caballo con sombrero cordobés de camino al Rocío. Como si un español llega a Japón y se encuentra con la población vestida de samurai con una espada ninja al cinto. "Me ha sorprendido mucho, es una ciudad pequeña pero había más gente en la calle que en Kioto", explica casi sin salir todavía de su asombro. El director japonés estrena hoy su última película, Haru's Journey, en la Sección Oficial de Cines del Sur. Se trata de un filme rodado en el desaparecido distrito de Sendai, arrasado por el terremoto y por el tsunami. "El 11 de marzo desaparecieron los escenarios en los que rodé, no existen, y la verdad es que esta película la he visto más de cien veces pero después del tsunami tengo miedo de verla, no quiero verla", recalca el realizador. "En este lugar he rodado ya tres películas e incluso compré una casa vieja en la que pensaba vivir mis últimos días, y cuando desapareció el choque fue muy grande y no he vuelto a este lugar porque no tengo valor todavía", continúa. Es como si a Woody Allen le desapareciese Manhattan, aunque para el cineasta lo único importante "son las vidas que se han perdido en un instante".

Masahiro Kobayashi, que fue cantante folk antes de dedicarse a escribir guiones, pasa por ser un director para la gran minoría de su país. "En Japón triunfa un cine muy comercial que intenta mostrar algo lejano de la realidad, la audiencia va para olvidar la realidad y eso es lo que buscan los productores de cine, el simple ocio", explica. Pero sus pretensiones están tan lejanas de esto como Granada y Tokyo. Kobayashi no busca evadirse sino hacer un cine realista, sin maquillajes. "Hasta ahora, mis obras han tenido muy poca audiencia en Japón", lamenta el director que, pese a todo, ha tenido un notable éxito comercial en su país con Haru's Journey. En cambio, es un habitual de festivales europeos como el de Cannes. "Hay una gran contradicción en Japón porque allí se aprecia mucho el realismo de una película si es europea, pero en cambio si la película es japonesa no gusta porque creo que les disgusta ver cosas de si mismos, es algo amenazantes para ellos", explica. "No saben cómo tomar la distancia con la película y creo que hay algo de complejo respecto a lo occidental con eso". Pero insiste en que lo suyo es la ficción, "no el género documental en el que hay que rodar lo que es importatne". En su caso es al contrario, busca lo tangencial. "Esa era mi filosofía pero el desastre del tsunami ha convertido mi película casi en un documental, algo que es muy duro y contradictorio", afirma.

A continuación no se resiste a citar al cineasta François Truffaut, de quien es rendido admirador. De hecho, viajó a Francia en 1980 con el único propósito de conocerle. Desafortunadamente, el autor de los 400 golpes estaba de viaje en Estados Unidos. "Pensándolo bien tuve suerte de no contactar con él porque si hubiese sido un hombre desagradable me hubiese llevado una gran decepción", explica personalizando las inquietudes de cualquier mitómano. Así que se contentó con peregrinar por los lugares en los que rodó en París y Toulouse.

Respecto al cine español, Kobayashi lamenta no haber podido ver muchas películas aunque sí ha seguido con interés los trabajos de Pedro Almodóvar. Quizás por eso no le extrañó demasiado el ambiente kitsch que se encontró ayer en las calles . "En Granada rodaría una comedia o una de suspense", concluye.

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