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Lennon antes de The Beatles

Biopic, RU, 2009, 97 min. Dirección: Sam Taylor-Wood. Guión: M. Greenhalgh. Fotografía: S. McGarvey. Música: Alison Goldfrapp & Will Gregory. Intérpretes: Aaron Johnson, Kristin Scott Thomas. Cine: Multicines Centro.

Nowhere boy es una nueva muestra de ese cine británico que, como ocurre en An education o Cruce de destinos, revisita la época de finales de los 50 y comienzos de los 60 como si el tiempo se hubiera congelado antes de aquellos días, ignorando no sólo los modos y el lenguaje cinematográfico de aquel periodo, marcado por las audacias, la crítica social y la frescura del Free Cinema, sino todo lo que iba a venir después, en una operación nostálgica que sólo puede articularse desde el academicismo más aseado.

Por si todo esto no fuera poco, este biopic sobre los Beatles antes de los Beatles juega con numerosas cartas marcadas en su desarrollo destinado a rellenar un nuevo e importante hueco biográfico del entorno de la banda a partir de las memorias de Julia Baird, madre de John Lennon. No hay espectador que no conozca al detalle el destino de gloria, éxito y mistificación que esperaba a esos muchachos de Liverpool.

Sobre esta premisa de certezas falsamente visionarias en las que todo gesto, toda acción y toda información previa (John es Lennon a las primeras de cambio y su mirada apunta siempre a lo que será) está destinada a tener su lógico eco y explicación en los acontecimientos de futuro, Nowhere boy camina pues firme y segura por su retrato de ambientes y personajes middle class sobre cuyos movimientos planea siempre ese y si no hubiera hecho tal cosa... que añade un suspense artificial interesante a lo que está por venir.

Así, con su baraja trampeada, la cinta puede centrarse cómodamente en la visión freudiana de un joven Lennon escindido entre el desarraigo, la sensación de orfandad, los conflictivos y edípicos vínculos con sus dos madres y sus ansias de conquistar un nuevo mundo que, cómo no, lo estaba esperando con los brazos abiertos.

Es inútil imaginar lo que hubiera sido de esta historia bajo una mirada menos convencional y atrevida. Es ya soñar directamente pensar lo que el más grande de los cineastas de Liverpool, Terence Davies, podría haber hecho con ella, toda una utopía cinéfila sabiendo el poco aprecio que tuvo el director de películas como El largo día acaba y Of time and the city por los Beatles.

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