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Malú siembra el 'caos'

  • La artista seduce a más de 4.000 espectadores en el Palacio de Deportes con un espectáculo vibrante

Entre sístole y diástole descontrolados, el público que acudió anoche a ver a Malú al Palacio de Deportes de la ciudad se dejó seducir sin condiciones por la artista madrileña de orígenes andaluces. Entre ellos, varias generaciones, sexos, condiciones y estados de ánimo entre el nerviosismo y la euforia. 

 

En una noche en la que el otoño empezó a hacerse notar, el público calentaba el ambiente previo al concierto en la entrada del Palacio de los Deportes. La vibración, casi nerviosa, empezaba a rugir como una pequeña marabunta minutos antes de que se abrieran las puertas del recinto. Como siempre, los más incondicionales especulaban e incluso apostaban por cuál sería la primera canción. Los más nostálgicos e inexpertos en la materia aseguraban que sería de sus primeros discos, y los que anteriormente han visto otro espectáculo de Malú se decantaban por alguna "cañera de Caos". 

 

Comienza el espectáculo, y el Palacio callaba sus murmullos porque "su diva" iba a entrar en escena. Se hace la oscuridad en el espacio, y empiezan a alzarse los brazos, móviles en mano, para no dejar de grabar ni un solo paso de la cantante. Suena la música, efectivamente era del disco Caos, y el juego de luces y notas comienza a lanzar el embrujo. 

 

La madrileña cambió su habitual cuero por la licra, un mono ajustado con brillantes, pelo suelto y energía en los tacones altos. Cuando salió al escenario los aplausos amenazaron con eclipsar  la música de la banda, las gargantas de los asistentes corearon su nombre y le profirieron diversos halagos, hay que decir que esta artista levanta pasiones y crea ambientes muy cargados eróticamente por allá donde va. Además, Malú cuenta con un fiel club de seguidores que no se pierden ni uno de sus directos y que conocen a la perfección la rutina de la cantante sobre las tablas. 

 

Y es que Malú volvió al Palacio de Deportes de Granada, donde  presentó Sí, su anterior trabajo. Y llegó con muchas ganas de devolver todo el cariño que le mandan sus seguidores desde la capital nazarí. Con Caos, que salió en noviembre del año pasado, aún no había aterrizado en Granada y supo compensarlo durante la hora y media aproximada que duró el espectáculo con su voz rota de toques flamencos. Con este disco, alcanzó el disco de platino a los pocos días de su publicación y no es de extrañar, porque esta madrileña sabe cómo crear éxitos y llenar estadios de aforos casi imposibles tanto en este país como en toda Latinoamérica. 

 

Como decía Nietzche, "es preciso llevar dentro de uno mismo un caos para poder poner en el mundo una estrella", y Malú anoche dio rienda suelta a su anarquía particular encima de un escenario que agradecía cada pisada que recibía. 

 

Pese a algunos problemas de sonido la noche le quedó redonda, ya que el respetable coreó tanto las canciones de este último disco, como éxitos que ya reventaron las listas del país como Toda, Aprendiz, Te conozco desde siempre o Ni un segundo. Durante todo el espectáculo la cantante derrochó energía, simpatía y agradecimiento a su público, con el que en varias ocasiones interactuó, mostró su sentido del humor, aunque también hubo espacio para revelar a la Malú más íntima.

 

Como colofón a la noche, el público bailó con una coreografía multitudinaria, la canción que legendariamente canta la artista para dar las buenas noches a sus fieles. Como una flor convirtió el Palacio de Deportes en una gran fiesta multicolor en el que el 'caos' reinó por una noche en Granada. 

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