Ya tiene el Premio Nacional de Danza y el Premio de la Asociación de Profesores de la Danza y el Flamenco. Así que, como profesional, pocos galardones le quedan. Diferentes matices tiene la Medalla de Oro de la ciudad de Granada que recibe esta tarde en el Isabel la Católica.

"Es un orgullo y un reconocimiento en mi tierra después de cuarenta años en el flamenco y supone también un premio al mundo del flamenco de la ciudad", explica Manolete. "La verdad es que he estado mucho tiempo en Madrid y desde que he vuelto a instalarme en Granada de manera más duradera he tenido una gran acogida y me han surgido proyectos que me ilusionan y que pueden servir para revitalizar el tejido flamenco de la ciudad", cuenta el artista en referencia a una de las promesas electorales del PP, la creación de la Escuela de Danza Manolete en el edificio del Rey Chico.

De concretarse finalmente el proyecto, Granada contaría con un centro de flamenco "de proyección internacional y todos los artistas que se desplazan a mis clases en Madrid deberían bajar 500 kilómetros al Sur", dice con orgullo Manolete, que ha tenido como alumnos a artistas que son ya 'figuras' del flamenco como Joaquín Cortés, Antonio Canales o Manolo Liñán. "Esta gente estará encantada de impartir cursos en mi escuela, que pretendo abrir también a la danza española y otras disciplinas para ofrecer una formación integral y de primer orden". Salvando las distancias, podría ser parecido a la mítica escuela de Pilar López.

A buen seguro, su escuela tendrá más presencia femenina que masculina. Manolete no duda en reconocer que sus mejores alumnos 'son alumnas'. "La verdad es que la mujer es más disciplinada y además hay muchas más mujeres en las clases", explica el profesor. Por su clases han pasado figuras como Eva Yerbabuena, Belén Maya, Sara Baras... Ahora espera mucho de Beatriz Martín, una bailaora de Granada a la que le ha montado la farruca. "Son gente que ha salido de mi corazoncito", explica Manolete para reconocer después que "en todos los centros a los que vamos a dar clases hay veinte mujeres y tres hombres".

Y tras arrasar en el pasado mes de noviembre en el Festival de Otoño de Granada, Manolete ultima su próximo proyecto, el espectáculo Sentimiento Cofrade, que estrenará con motivo de la entrega de las tapas del Pregón de la Semana Santa de Granada. Será el próximo sábado en el Teatro Isabel la Católica y, aunque el espectáculo dura unos treinta minutos, "será muy emotivo y tendrá un carácter muy especial", avanza el bailaor. Sentimiento cofrade incluye desde una "recreación flamenca de la marcha Amarguras, de Font de Anta, hasta saetas a dos voces, así como un martinete muy especial cuyas cadencias se acompasan a los intensos ritmos de la Semana Santa". El espectáculo contará también "con el drama de la soleá desprovista de todo lo accesorio, para concluir con la alegría de la Resurrección con toda mi compañía en el escenario".

Sí habrá un cambio en su habitual escenografía. En lugar de su habitual bastón coronado con las cabezas de Vivaldi y Mozart, Manolete realizará sus característicos golpes con bastones de los mayordomos y celadores de las procesiones de nuestra Semana Santa.

Pero las inquietudes de Manolete van mucho más allá y no pone ningún 'pero' a la inclusión del cantaor Juan Pinilla en las listas para el Congreso de IU. "Nosotros los artistas claro que entendemos de política", dice con seriedad. "Hoy en día está muy relacionado, aunque otra cosa es nuestra faceta de flamencos. En el escenario no hay colores políticos y ahí está Serrat, que siempre ha estado muy implicado pero teniendo claro que, ante todo, es un profesional. Otro ejemplo es Antonio Gades. Los políticos no tienen derecho a mirarte el pedigrí político a la hora de contratarte".

Profundo conocedor de la II Guera Mundial, no duda en afirmar que "sería perfectamente posible" montar un espectáculo sobre este periodo histórico. Además, uno de sus grandes proyectos es montar un espectáculo sobre Rasputín. "Todo se puede hacer flamenco en la danza, lo que pasa es que muchas veces se presentan obras dramáticas de flamenco que no tienen guión, que no pasan de ser un baile individual", denuncia.