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Manu Ferrón entre el compromiso ético y la mirada sentimental

  • El autor granadino da un nuevo paso hacia su emancipación mezclando pop y política en 'Misericordia', un ep en vinilo con hermosas canciones atemporales

El camino ya lo mostró Billy Bragg, cuando hablaba de mezclar pop y política. Manu Ferrón es un guerrillero de la escena granadina que ya había dejado varias de sus semillas escribiendo letras, primero para Los Planetas, más tarde para Los Portazos o Lori Meyers, y poniendo su talento, costumbrista, sureño y guasón, al servicio del Grupo de Expertos Solynieve, el grupo de country jondo que fundó junto a Jota. Últimamente también adaptando al castellano las nuevas canciones de Franco Battiato, y ha escrito más letras para Estévez, el nuevo proyecto de Dani Gominsky, o para Reina Republicana. Sus pasos han sido siempre cautelosos, de andar pausado pero firme, de modo que cada uno de ellos constituyera un avance. Hace unos meses dio el primero hacia su emancipación definitiva, esa que estábamos esperando seguros de que habría de llegar, con la publicación de un sencillo de dos temas como dos soles. A trabajar y El Mueble conformaban Unanimiedad, un single con título, y con título juguetón, como le gusta practicar en su vida de paisano, publicado solo en vinilo de 7 pulgadas por Acuarela. El mismo sello entrega estos días Misericordia, un ep también en vinilo, esta vez de diez pulgadas, que esperemos solo sea otro anticipo, en esta ocasión de un álbum.

"Me encanta la forma en que estoy editando las canciones, primero single, ahora ep y espero que lo próximo sea un lp, también en vinilo, grabado con banda". De momento ya podemos disfrutar de Misericordia, una colección de canciones con estribillos deslumbrantes que desprenden lucidez, compromiso, denuncia y cuatro cosas bien dichas sin levantar la voz. "Pretendo elaborar un discurso personal, que llegados a este punto creo que tengo cosas que contar. Hay mucho de crítica… no quiero decir radicalmente política, pero sí hay compromiso político y ético, una carga contra las cosas que no me gustan, contra las instituciones y los gobernantes, sobre el deterioro de la creación artística y el tejido social. Y también una mirada sentimental que surge como una reacción contra las cosas que no me gustan; no encuentro el placer donde solía encontrarlo". Algo que explicita en Precisamente de Esta Manera y en Secreto a Voces, una canción sobre la manipulación de los medios y las falsas verdades que anteponen las necesidades mercantiles sobre las del conocimiento y la expresión artística, un sarcástico salivazo en la cara de los falsos intelectuales. ¿Pero, por qué un título como este? "La palabra Misericordia me encanta. Me gustan su sonoridad pero también su significado. Tiene varias acepciones muy potentes. La primera es un atributo divino, la capacidad para perdonar, o más bien la capacidad de dios para perdonar a sus criaturas, por lo que jugué a ser un poco dios y perdonaros a todos. Por otra parte también es el puñal con el que se da el golpe de gracia al enemigo en la Edad Media. Entre una y otra se cierra el círculo en el que me encuentro, detecto y desactivo las cosas que detesto, tal vez las perdone, pero les doy el tiro de gracia para quedarme con las que me gustan". Una de ellas es el juego de los artistas del balón, como Enzo Francescoli, antiguo jugador de River Plate, al que dedica Cara de Astro, cuya génesis se remonta a los primeros noventa.

Como saben los que le conocen, Manu Ferrón nunca ha actuado movido por la inmediatez, es un hombre del sur y le gusta disfrutar las cosas con calma, aunque en este caso haya dado un acelerón para poner dos discos en el mercado con meses de diferencia tras años de espera: "Es verdad que no soy ni muy veloz ni muy prolífico pero en este caso la parte industrial y comercial del proceso ha llevado más tiempo que la parte creativa. En apenas unos meses tenía listo todo el material del ep con el single ya en la calle". El espíritu sosegado de Los Expertos se cuela en Enemigo que Huye, una reivindicación del derecho a no ser molestado ni tener que dar explicaciones, y concluye con un ejercicio de psicodelia con dejes andaluces de Me quedo. Juntas, las cinco canciones conforman un artefacto de hermoso pop atemporal, elegante, luminoso, artesanal. Esperemos que solo sea el principio de las muchas que podrían venir.

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