Cultura

Marciari: "Me dije que estaba loco por pensar que había hallado un Velázquez"

  • El investigador confía en que la obra pueda ser expuesta próximamente en España

Una mudanza en el Museo de Arte de la Universidad de Yale (EEUU) llevó a John Marciari hasta un cuadro grande, dañado, de autor desconocido, cuya gran calidad le azuzó la curiosidad hasta que un día se percató de que debía ser un Velázquez. "Me dije a mí mismo que debía estar loco. Me pasé seis meses intentando convencerme de que el pintor era otro, pero no encontré quién", dice Marciari.

Ayer publicó en Ars Magazine, una revista española de arte, su hipótesis de que La educación de la Virgen es uno de los pocos cuadros de la época sevillana del genio español y el anuncio ha caído como una bomba en el mundo del arte.

Marciari, comisario de pintura italiana y española del Museo de Arte de San Diego, lo considera "increíblemente importante" pues no se trata de otro lienzo de la mitad de la carrera del pintor andaluz, sino de uno de sus primeros cuadros.

Estima que fue terminado en torno a 1617, cuando Diego Velázquez tenía unos 18 años. "Es el momento en el que Velázquez se está convirtiendo en Velázquez. Nunca se ha encontrado nada igual a esto", afirma Marciari.

Su artículo es en realidad la primera palabra en un debate entre los expertos sobre si el cuadro es efectivamente obra del maestro español. Algunos de ellos ya lo han recibido de forma positiva. Enrique Valdivieso, catedrático de la Universidad de Sevilla, opina que el cuadro tiene "grandes posibilidades" de ser del pintor español, mientras que Benito Navarrete, director del Centro Velázquez, lo considera "un hallazgo muy importante".

Marciari restringió su contacto con expertos españoles y sólo le mandó una foto al investigador Salvador Salort, especializado en Velázquez, en la que le pedía adivinar el autor de la obra. Su respuesta fue: "Estoy temblando. ¿Dónde lo has encontrado?", recuerda el estadounidense.

Como centenares de otros cuadros de autores famosos de procedencia incierta, esta obra acabó en un sótano entre otros 250 lienzos europeos. En 2003, Marciari lo vio porque el Museo de Arte de Yale trasladó su acervo a otro almacén, por reforma en su edificio principal. Entonces era comisario de arte europeo en esa institución y una vez que el nombre de Velázquez se le coló en la cabeza, se metió en el papel de sabueso y se puso a rastrear el origen del lienzo. Descubrió que fue donado a la facultad de arte de la Universidad en 1925 por los hermanos Henry and Raynham Townshend, dos ex alumnos de Yale cuyo padre era un marino mercante que realizó viajes frecuentes entre el Mediterráneo y Nueva Inglaterra.

Ese año los dos hermanos heredaron una gran casa neogótica de su abuelo, en la que probablemente colgaba el cuadro, con un marco del siglo XIX con columnas a los lados, un entorno que lo hacía completamente fuera de lugar.

"Probablemente era una pintura que su padre había traído de España y decidieron deshacerse de ella, así que se la dieron a los estudiantes de Yale, para que la estudiaran", aventuró Marciari. Él cree que Velázquez lo pintó como un encargo para el Convento Carmelita de Santa Ana en Sevilla, donde a su juicio fue parte del altar hasta una inundación en 1626, en la que el cuadro sufrió algunos de los graves daños que siguen aún presentes.

El análisis de los pigmentos y materiales del lienzo "demuestra casi con total seguridad que fue realizado en Sevilla antes de 1620", explicó Marciari. Las similitud con otras obras de Velázquez y sus características técnicas apuntan a su pincel, a su juicio. En lugar de pintar a la Virgen en un trono, coronada y rodeada de estrellas, como hacía su maestro sevillano Francisco Pacheco, el cuadro muestra a una familia humilde en un lugar humilde, con una Virgen que aprende las primeras letras. "Representa el principio del naturalismo español, que abre toda una escuela de pintura", dice Marciari.

Este experto reconoce que no todo el mundo aceptará la obra como un cuadro de Velázquez. Por esa razón, decidió junto con los directivos del Museo de Yale no iniciar el proceso de recuperación del cuadro antes de la publicación del artículo, para evitar que se suscitasen dudas sobre cuál parte es original y cuál restaurada. Marciari espera que en el futuro se exhiba la pintura en Madrid o Sevilla junto con obras tempranas de Velázquez de autoría reconocida, en cuya compañía quedará claro que La educación de la Virgen salió de una misma paleta.

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