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Medem: "Todavía no he escapado de mí mismo"

  • El cineasta mezcla encuentros casuales, amor y sexo en 'Habitación en Roma'

Julio Medem recupera su pulso poético en Habitación en Roma, una película que a priori era un remake pero que queda poseída por todas las constantes de la obra de uno de los realizadores más personales del cine español. "Cada película es una huida para mí, pero todavía no consigo escapar de mí mismo".

Partiendo de la cinta chilena En la cama y después de las críticas recibidas por Caótica Ana, Medem asumió el reto de constreñir su universo a una Habitación en Roma, ajustar su tempo a una sola noche y exprimir su consabida habilidad para la dirección de actores con Elena Anaya y la rusa Natasha Yarovenko.

Tras clausurar el Festival de Cine Español de Málaga y haberse vendido en 30 países, esta poderosa historia de amor breve se presentó ayer en Madrid, antes del estreno comercial este fin de semana. "Nunca había hecho una película tan difícil y tan a mi contra", aseguró el director de Tierra y Vacas, quien quiso dejar clara su intención de "que resulte natural una historia de deseo, atracción y amor entre dos mujeres".

Y es que, entre esas cuatro paredes, Medem viaja hacia sus destinos favoritos: el encuentro casual, el amor y el sexo. Su cámara viaja por los cuerpos desnudos de las dos protagonistas como su fueran las playas de Formentera en Lucía y el sexo o los paisajes árticos de Los amantes del círculo polar.

Siguiendo con su obsesión por las vías de escape, Medem expresó cómo para él "el amor es la fuga máxima" y Habitación en Roma no es sino "la historia de dos personas que se acaban de conocer y que se entregan la una a la otra de tal manera que empiezan a ver en peligro las vidas que han llevado hasta ese momento", resumió.

Esa posible ruptura es la que planea sobre las dos amantes accidentales, Alba y Natasha, tocadas por el éxtasis artístico de la ciudad eterna -"es una película muy pictórica", según Medem- y por las heridas de sus respectivas almas. Y todo bajo el influjo de la noche, con el inglés como lengua franca y con la disputa entre el pudor y la osadía por tomar las riendas de los personajes, azuzados por la música de Jocelyn Pook -con la que Medem había trabajado en Caótica Ana- y Russian Red.

Después del mimo con el que Medem ha tratado este filme pequeño pero complejo, el realizador dijo estar "un poco harto" de que Habitación en Roma haya levantado expectación sólo por sus escenas de sexo y su contenido lésbico.

"Tras Lucía y el sexo me dije que no volvería a hacer una película con sexo", aseguró, "pero lo que mandan son las historias", y Medem, de nuevo, no pudo escapar del que es uno de sus ejes fundamentales. "Pero yo tengo muy claro el papel del sexo en una película cuyo clímax es fundamentalmente romántico", afirmó.

Para crear esa intimidad, Elena Anaya -que vuelve a trabajar con Medem tras Lucía y el sexo- explicó cómo la única clave fue el trabajo. "Después de quince años de trabajo, me sigue pareciendo muy difícil actuar. Y desde luego es más difícil hacer una película desnuda que vestida", argumentó.

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