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Mondadori ofrece otra visión de Spiegelman

  • 'Breakdowns' amplia la oferta de la obra del ganador del Pulitzer por 'Maus', escasamente publicada en España

El cómic es arte. Puede que hoy día esta afirmación resulte una perogrullada, pero el camino hasta encontrar este reconocimiento ha sido duro, fatigoso y plagado de sangre, sudor y tinta. Aquejado del mal endémico de ser considerado el hermano bastardo y tarado de la literatura y el cine, muchos artistas han luchado contra esta enfermedad ampliamente extendida entre gran parte del público y la crítica ofreciendo el mejor medicamento posible: buenos tebeos. Y si hubo un tebeo que consiguió alzar su voz y llamar la atención sobre sí mismo sin traicionar la esencia del medio, y conquistar la Tierra Prometida de los halagos de la crítica, ese fue Maus, de Art Spiegelman: los nazis eran gatos y los judíos ratones. La obra, publicada por entregas durante once años, fue ganadora del Pulitzer, aclamada por pensadores de la talla de Umberto Eco, elogiada por la prensa (The Wall Street Journal no tuvo dudas, Maus era "el relato más efectivo y exitoso que jamás se haya hecho sobre el Holocausto") y conoció un importante reconocimiento de público, incluso en lectores que jamás se habían acercado a un tebeo. Spiegelman abrió la puerta de chiqueros a un toro fuerte y poderoso que ya no era un sueño adolescente. El cómic ya era adulto.

Salvo Maus, la obra de Spiegelman es prácticamente desconocida en España. Mondadori ofrece ahora la posibilidad de descubrir al Spiegelman más allá de Maus con la publicación de Breakdowns, un volumen recopilatorio publicado originalmente en 1977, que contó con una segunda edición en 2008 que incorporaba nuevo material del autor. El álbum ofrece una amplia visión panorámica sobre la obra de Spiegelman, desde su primera etapa underground hasta sus últimas reflexiones sobre el lenguaje del cómic.

Art Spiegelman arroja la sombra del clásico estereotipo de judío neoyorquino: neurótico, artista y comprometido socialmente. Hijo de supervivientes de Auschwitz (sus padres son, de hecho, los protagonistas de Maus), Spiegelman nació en Estocolmo en 1948, pero se crió en Queens, en la Gran Manzana. Estudiante mediocre de bellas artes, Spiegelman comienza a dedicarse al cómic en los 60, influido por la ola underground que llegaba desde San Francisco liderada por Robert Crumb. De hecho, se mudará a la ciudad del Golden Gate y allí edita la revista Arcade, en 1975. A finales de los 70, Spiegelman vuelva a Nueva York y junto a la que será su fiel compañera sentimental, Françoise Mouly, comienza a trabajar en un nuevo proyecto que culminará en la creación de RAW, el magazine que se convertirá en sinónimo de cómic de vanguardia. Es en su segundo número comienza la serialización de Maus. A principios de los 90 se convertirá en ilustrador habitual de The New Yorker, el afamado semanario cultural. Tras el atentado de las Torres Gemelas, Spiegelman publicará In the Shadow of no Towers, un sentido homenaje a la ciudad de los rascacielos con una fuerte carga política que arremete sin piedad contra la administración Bush. La resaca del éxito de Maus y el desconcierto post 11-S llevan a Spiegelman a una crisis que le aleja de los tableros de dibujo durante una larga temporada. Fruto de ese desconcierto nace Autophobia, un cuaderno de bocetos que Spiegelgeman publica en 2008 para exorcizar sus demonios y volver a disfrutar con los tebeos.

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