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Motivos de inspiración

  • Para crear sus marionetas, Lanz ha indagado en imágenes desde el Románico hasta África

La inspiración del artista puede aparecer en cualquier parte; en ocasiones es buscada, y otras veces tan sólo es hallada. Pero, en cualquier caso, constituye esa pequeña semilla de la que germina la creatividad.

Para crear sus marionetas Enrique Lanz ha indagado en múltiples fuentes documentales, desde el rico patrimonio iconográfico románico y gótico hasta mundos tan lejanos como Bizancio o el continente africano. Se pueden rastrear influencias en los marfiles y libros miniados medievales, de los que ha tomado referencias para el vestuario, el colorido de los títeres, incluso el diseño de sus perfiles. Por otro lado, ha observado los arcaicos títeres africanos que desprenden ingenuidad, pero al mismo tiempo demuestran soluciones motrices sencillas y eficientes.

También existen referentes más cercanos, pertenecientes a la tradición artística de la familia Lanz. En este sentido, si nos fijamos en los rasgos de Melisendra, encontramos una evocación al títere que Hermenegildo Lanz construyera para La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón; esta niña, cuyo rostro es la síntesis de la belleza y la inocencia, se refleja en la sin par Melisendra, amada paciente que espera en la torre del alcázar de Sansueña. Incluso en la morada de la cautiva rastreamos referencias al arte de otros tiempos, ya que se inspira en las pinturas de la Alhambra.

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