Cultura

Nick Cave en el diván

Rockumental, Reino Unido, 2014, 97 min. Dirección y guión: Iain Forsyth, Jane Pollard. Fotografía: Eric Wilson. Música: Nick Cave y Warren Ellis. Con: Nick Cave, Warren Ellis, Darian Leader, Ray Winstone, Blixa Bargeld, Kylie Minogue. Cine: Avenida (único pase, hoy a las 20:30).

A los 57 años, en su casa de Brighton, el rockero australiano Nick Cave echa la vista atrás y se sienta en el diván para revelarnos sus fantasmas, los meandros de su proceso creativo, sus cuitas con el presente y el pasado. El diván es un portentoso artefacto audiovisual que trasciende la ortodoxia rockumental para llevarla a un nuevo estadio en el que la autoficción confesional, el documento y el archivo se entremezclan en una insólita modalidad de autobiografía para las masas.

A Cave le aterrorizan las tormentas y la posibilidad de perder la memoria. Tal vez por eso se ha ido a vivir cerca del mar y haya comenzado a organizar un gran archivo sobre su polifacética carrera como cantante, compositor, poeta, guionista y novelista. Sobre las paredes de ese archivo se proyectan imágenes de su vida familiar, de sus mujeres y musas, de sus distintas bandas, de The Birthday Party a The Bad Seeds.

En el despacho del psicoanalista le escuchamos rememorar la infancia australiana, los primeros cuerpos femeninos desnudos, la relación con Dios y con el mito, el trauma de la muerte del padre. En sus trayectos en coche le acompañan los fantasmas del actor Ray Winstone, Blixa Bargeld y la star australiana Kylie Minogue, para quien compuso y con quien cantó aquella hermosa y doliente Where the wild roses grow.

En ese mismo coche llega Cave a visitar a su inseparable sideman Warren Ellis, con quien rememora aquel concierto de Nina Simone con cocaína, champán y salchichas, aquella explosión de energía nacida en el escenario y que es para Cave la verdadera razón de ser de su faceta de rock star. También los veremos ensayar en el estudio sus nuevas canciones o tocar en vivo en una explosión de éxtasis y comunión con su público.

Con todos estos elementos ensamblados en una poderosa maquinaria narrativa y sensorial, 20.000 días en la Tierra renueva y trasciende las formas del documental al uso en un complejo artefacto capaz de retratar a la estrella en su intimidad y de materializar sus propios fantasmas y obsesiones, la esencia de sus canciones y su poética, el reflejo múltiple de su talento y de su ego.

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