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Nuevas historias para los vigilantes

  • De los mejores artistas de la industria, llega 'Antes de Watchmen', series limitadas y números especiales que indagan en el mundo de 'Watchmen' y sus personajes

Si hay un cómic que opta al puesto del mejor cómic de la historia es Watchmen, la espectacular obra maestra firmada por Alan Moore y Dave Gibbons y publicada entre 1986 y 1987, que redefinió las bases del cómic norteamericano. Además, con el paso del tiempo ha adquirido un aura entre la leyenda y el mito que la convierte en imprescindible.

La historia comienza a principio de los años ochenta cuando DC Comics compra los derechos de los personajes de la extinta editorial Charlton, que había gozado de relativo éxito gracias a los trabajos de Steve Ditko.

Cuando Moore, admirador de muchos de ellos, conoció la noticia pidió al editor jefe Dick Giordano utilizarlos en una serie de 12 números que estaba preparando y que se llamaría Watchmen. Giordano no le dio su permiso pero a cambio le propuso que se confabulara con el ilustrador Dave Gibbons y creara reproducciones cercanas a las que pudiera dar el carácter que le interesara.

Moore y Gibbons exploraron los límites conocidos del cómic e hicieron una obra donde la pérdida de la inocencia de la sociedad se une a la decadencia del ideal heroico para llenar de significado la viñeta ingenua del mundo de superhéroes y villanos de la Edad de Plata.

Desde prácticamente su nacimiento se habla de las posibles secuelas, precuelas, spin off o cualquier tipo de ramificación del universo Watchmen. Durante décadas nadie se había atrevido a ponerle un dedo encima: hasta estas miniseries, era muy poco lo que se había llevado a cabo. Y aún menos con el beneplacito del mago Moore, en total disconformidad con ellas. Aunque poco tiene que decir a nivel legal, ya que los derechos de la obra y los personajes pertenecen a DC Comics. Sin embargo, moralmente gran cantidad de lectores no ven con buenos ojos estas publicaciones sin la batuta del genio de Northampton.

DC sabía cuánto se jugaba y lo que arriesgaba al revisitar el mitificado mundo Watchmen. Moore ya había dejado claro en varias ocasiones que no volvería a trabajar con ellos por lo que la única opción es la que finalmente ha realizado. La apuesta es demasiado alta por lo que la editorial neoyorquina ha buscado el mejor equipo creativo posible a sabiendas de la dificultad de convencer a los más escépticos.

Sin duda, a todos los participantes les pareció demasiado goloso el caramelo tanto creativa como económicamente.

La colección se compone de la siguiente forma: seis números para Minutemen, El Comediante y Ozymandias; y cuatro para Espectro de Seda, Búho Nocturno, Rorschach y Dr. Manhattan. Por otro lado, el relato de La maldición del Corsario Carmesí se integrará en cada número con entregas de dós páginas. Después de estas miniseries se especulaba con un número especial a modo de epílogo que cerrara la colección, pero por la buena acogida que están teniendo parece ser que se va a retrasar y antes saldrán dos números sobre Moloch y uno sobre Dolar Bill. En España, con el habitual ritmo, están publicándolas ECC Ediciones en formato de grapa de 32 páginas.

Todos los participantes han puesto su mayor empeño sabiendo que el nivel de exigencia de los lectores no será el habitual y que sus adaptaciones marcarán en la historia el éxito o el fracaso de sus incursiones en el clásico de los vigilantes.

Todos los que se llevaron las manos a la cabeza cuando se conoció este proyecto y que temían que podía desvirtuar una obra redonda tendrán la oportunidad de saber si 30 años son suficientes para aportar otras visiones de ella. Lo que está claro es que los que lo han llevado a cabo son reconocidos artistas del medio y que más allá del entusiasmo comercial de algunos lectores el tiempo dictará sentencia sobre el proyecto.

Por último destacar los trabajos de los dibujantes sobre los guionistas, que en ninguno de los casos llegan a ser brillante y están más cerca del aprobado que del sobresaliente. El dibujo en muchos de los números se adapta perfectamente al entorno del personaje original y sí que dan una personal percepción de los mismos.

Recomendada la lectura de todos ellos para los seguidores de Watchmen, aunque no de primera necesidad como el original. No ha sido un mal intento hecho con buenas intenciones que no deja de ser una anécdota curiosa de una obra maestra.

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