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La OCG festeja su 20º cumpleaños con la 'Novena' de Beethoven

  • El Palacio de Carlos V acoge esta noche y mañana sendos conciertos bajo la dirección del titular, Salvador Mas

Y llegó el gran día. La Orquesta Ciudad de Granada (OCG) cumple hoy 20 años y lo celebra por todo lo alto. Nada menos que en el Palacio de Carlos V con la puesta en escena de la Sinfonía número 9 en Re menor, op. 125, bajo la dirección del titular de la formación, Salvador Mas, y con la participación estelar de la soprano Malin Hartelius, la mezzosoprano Marina Pardo, el tenor Donald Litaker y el bajo István Kovács. La OCG estará también acompañada por el Coro Lieder Cámara, dirigido por Xavier Pastrana y el Coro de la Orquesta Ciudad de Granada, dirigido por Daniel Mestre.

El concierto, que tendrá lugar hoy y mañana a las 20.00 horas, servirá para comprobar el estado de salud que tiene actualmente la orquesta, que está considerada como una de las tres mejores que hay en España y que ha contado siempre con el reconocimiento de todos los directores que han sido invitados a ponerse frente a ella.

En estos veinte años, cuatro han sido los directores titulares de la OCG: Juan de Udaeta, que fue el encargado de formarla y hacerle dar sus primeros pasos entre los años 1990 y 1994; Josep Pons, que la condujo a lo más alto del prestigio nacional e internacional, y que estuvo dirigiéndola desde 1994 hasta 2004; Jean Jacques Kantorow, que fue titular entre 2004 y 2008 y Salvador Mas que, desde esa fecha, está al frente de su destino y piensa hacer de ella uno de los grandes referentes musicales.

La OCG ha sufrido gran suerte de vicisitudes, como el pasar de estar a punto de desaparecer durante el mandato del alcalde Gabriel Díaz Berbel, hasta tocar en salas como la Musikverein de Viena, la sala en donde se celebran los tradicionales conciertos de Año Nuevo, o en la sala Philharmonie, sede de la Orquesta Filarmónica de Berlín, en donde fue ovacionada en 2004 durante más de cinco minutos.

La principal característica que los directores siempre han destacado de la OCG es su juventud, su pasión y su continua predisposición a aprender y experimentar cosas nuevas. Muy lejos de la filosofía de 'funcionariado' de los músicos de otras orquestas, que se limitan a cumplir con su horario de trabajo sin implicarse en la mejora de la calidad, los intérpretes de la OCG siempre se mantienen inquietos y entusiasmados con cualquier tipo de proyecto.

Tal es la actitud que fueron los propios músicos, que habían elegido en 2004 como titular a Jean Jacques Kantorow, quienes se enfrentaron a él cuando vieron que sólo se limitaba a visitar Granada con cierta regularidad para dirigir los conciertos que tenía contratados sin implicarse en la evolución sonora de la formación o buscar nuevos proyectos y posibilidades.

Los músicos siempre han destacado la etapa de Josep Pons como la más brillante experimentada por la formación, ya que fue con él con quien emprendieron giras por el resto de Europa que les permitían saber a qué nivel se encontraban comparados con los músicos de otras orquestas, y las ediciones discográficas que, gracias a su gestión, pudo realizar la orquesta de manos del sello Harmonia Mundo. Los músicos confían que Salvador Mas, un director de talento similar al de Josep Pons, pueda devolver el mismo espíritu de trabajo conjunto y evolución hacia una calidad superior.

La OCG se bate el cobre esta noche y mañana con la Novena sinfonía, de Beethoven, la gran catedral de todas las sinfonías escritas a lo largo de la historia y una obra de referencia para cualquier formación orquestal. La obra, compuesta en la etapa final de la vida de Beethoven, cuando ya éste se encontraba completamente sordo, es todo un reto todavía hoy, como lo fue en su día, cuando el compositor decidió incluir, por primera vez en la historia, la voz humana en una sinfonía.

Beethoven estuvo esbozando esta sinfonía a lo largo de toda su vida, pergeñando apuntes de partituras y buscando la manera ideal de volcar en esa obra toda su experiencia creativa. Hasta tal punto se impuso retos que llegó a lograr, en la partitura, que en el cuarto movimiento, toda la mole orquestal se apoyase en el simple sonido de un triángulo, el instrumento más humilde de la orquesta. La obra beethoviana volverá a sonar esta noche de la mano de la OCG. Será toda una experiencia.

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