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Objetos marginados y olvidados en galerías elegantes

  • Álvaro Fernández mezcla elementos oxidados y detalles elegantes en 'Pasajes Olvidados', que estará abierta en la galería Cartel hasta el 31 de julio

Álvaro Fernández Bustos, aficionado a la pintura y afincado en la ciudad de Granada desde hace 46 años, tenía la deuda pendiente de hacer una exposición donde pudiera expresarse sin límites y con total creatividad. Y así lo ha conseguido en su exposición Pasajes Olvidados.

La muestra estará abierta al público hasta el 31 de julio en la galería Cartel de Granada, con un total de 25 obras , donde los materiales que utiliza son objetos olvidados, tales como las aspas de un ventilador, marcos de cuadros viejos, telas descosidas o celosías viejas.

Las obras del creador están repletas de simbolismo. Según Fernández, "los símbolos sirven para que estén destinados a ser objetos de reflexión, inductores de pensamiento, que moldean y filtran nuestra manera de ver, sentir y pensar".

Además, Fernández Bustos piensa que el simbolismo "hace que los elementos que se encuentran oxidados en lugares marginados, al recolocarlos y sacarlos de su contexto pasando a formar parte de exposiciones elegantes, hace que el espectador dé un nuevo significado o relectura".

Dentro de las obras expuestas destaca el mural La gata vestida, que marca el punto iniciador de la muestra, donde se funden reflexiones del pintor con la imagen de una mujer. "Esta fusión me parece interesante porque el texto otorga significados variopintos a la obra".

Siguiendo la observación de la exposición, llaman la atención dos cuadros titulados Ventanas de amonites y ventanas semánticas. "Estas obras están confeccionadas de una forma tradicional y con una labor muy artesana en las cuales el espectador, si se fija en ellas, podrá ver que las diminutas ventanas dan a entender lecturas variadas depende de quién las mire" -apunta Fernández Bustos con ilusión en su rostro-.

Otro de sus lienzos es el titulado Mujer sentada, donde sobre un fondo amarillo el contrapunto lo marca la silueta de una mujer de espaldas al espectador construida con hierros y acrílicos: "Los materiales que utilizo en esta obra van dando vida a cada una de sus formas donde expresan una gran sensualidad y naturalidad".

Siguiendo el recorrido expositivo, aparece ante nuestros ojos Iris, un lienzo de 50x50 centímetros enmarcado en un fondo rojo y donde aparece la figura de un ojo realizado a base de hierros moldeados. No sólo lo simbólico es el protagonista en la muestra, el pintor también apuesta por lo figurativo de la mano de la obra La Venus del espejo, construida con telas olvidadas en un baúl junto a un marco oxidado.

El artista ha contado con la colaboración literaria de Pilar Sánchez, que ha puesto al servicio de la muestra su pluma para que sus letras den vida a los objetos olvidados, recurrentes y aislados.

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