Pablo Juliá se despidió ayer del Centro Andaluz de la Fotografía (CAF), institución con sede en Almería que cumplirá en 2017 un cuarto de siglo de historia y que él ha venido dirigiendo desde 2007. La Junta de Andalucía comunicó la semana pasada al fotógrafo gaditano que no le iba a renovar en el cargo después de expirar su contrato. Aunque rehusó explicar las razones de esta decisión, Juliá deslizó que "ha sido compleja" y que en la Consejería de Cultura, encabezada ahora por Rosa Aguilar, "se han equivocado en cosas". "Algunas batallas hay que perderlas para ganar la batalla final, que sea la consejera la que lo cuente, no quiero ser su boca", dijo.

En su discurso de despedida, el ya ex director del CAF sostuvo que éste es "lugar de referencia en la fotografía" que ha suscitado "la admiración de todos", además de, en el plano meramente personal, "el culmen más maravilloso que ha podido tener una dilatada carrera profesional". Sin embargo, estos logros se han conseguido contando con "pocos medios" y a veces teniendo que lidiar con "una incomprensión de cuál es nuestro papel histórico".

Arropado por su equipo y por artistas como el veterano fotógrafo Carlos Pérez-Siquier, Juliá quiso quedarse con lo bueno tras perder esa "batalla" de la que habló. "Si hace unas semanas el porvenir del CAF no era bueno, hoy no hay motivo de preocupación", ya que en la Consejería "se ha impuesto una reflexión profunda" y se ha "reconocido" el papel del CAF. "Habrá un director pronto, una comisión asesora, un presupuesto más acorde con las necesidades y un 25 aniversario", afirmó Juliá, que no participará ya oficialmente el año que viene en esa conmemoración. "Pero espero que me invitéis", añadió.