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El Peinador de la Reina y los 'grafittis' centenarios

El Peinador de la Reina de la Alhambra debía haberse llamado el 'Peinador del Emperador', ya que estaba destinado a Carlos V. Es una de las curiosidades del número 42 de la revista Cuadernos de la Alhambra, que en esta ocasión está dedicada de forma monográfica al Peinador de la Reina, una estancia dentro del monumento nazarí calificada por sus restauradores como "una Alhambra en miniatura".

El libro recoge y amplía los datos de la restauración que realizó la empresa Ágora entre los años 2000 y 2002. "La Consejería de Cultura tiene como norma la redacción de una memoria final a la conclusión de cada restauración, y el trabajo merecía la pena que se divulgara siendo este el resultado final", explicó durante la presentación Miguel Ángel Martín Céspedes, jefe de servicio de Conservación de la Alhambra durante años y coordinador de la obra.

Estos trabajos de restauración dieron como resultado una serie de hallazgos, como la presencia de zócalos pintados, aliceres de loza dorada y solería de azulejos figurativos, "asombrosas" rarezas de este lugar privilegiado de la Alhambra.

Pero no se trata sólo de un estudio sesudo para expertos y la anécdota aparece con asiduidad. Es el caso de una serie de hallazgos poco ortodoxos, como algunos grafittis que testimonian la presencia de los franceses en Granada, que "al tratarse de pinturas centenarias, como tales también hubo que documentarlas", dijo Martín Céspedes. En este sentido, además de las caligrafías nazarís, la restauración también ha descubierto desde el rastro de los que una vez expresaron su testimonio vital sobre las paredes inferiores hasta los refinados textos de los viajeros románticos a los que sirvió de inspiración.

Por su parte, la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca, resaltó que el número monográfico sobre el Peinador de la Reina tiene como objetivo "conseguir un mejor puesto en el ranking de las revistas científicas que hay en España, lo que nos llevó a un replanteamiento del formato".

Además, el investigador de Arte José Manuel Gómez-Moreno casi comparó el Peinador de la Reina con la maldición de Tutankamon, aludiendo a los problemas de salud del equipo que participó en la restauración. Gómez-Moreno aporta un análisis historiográfico del Peinador, en su vertiente medieval y renacentista.

"El Peinador, pese a haber sufrido una gran modificación en época cristiana, no ha perdido su sabor islámico, no hay una mutilación tan importante como para que sus raíces se hayan perdido", resaltó el investigador. Cuadernos de la Alhambra tiene alma de libro pero nombre de revista.

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