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Referencias de los grandes logros del Arte Contemporáneo

Dentro de ese proyecto expositivo con mayúsculas que ha conformado el CAAC, la institución que dirige Juan Antonio Álvarez Reyes y que amplifica el sentido de la Abstracción, la gran manifestación estética que reduce absolutamente la representación para patrocinar nuevas circunstancias, se presenta, como eje central del proyecto y compendio de todos aquellos postulados que intervenían en los infinitos postulados del espíritu de lo no concreto, una amplia variada y esclarecedora exposición donde un grupo numeroso de artistas, nacionales e internacionales, centran la mediata realidad de un Arte donde todo queda supeditado a los registros de una plástica con un amplísimo sentido de la espiritualidad. Abstracción, que se complementa en esta muestra, con otro de los conceptos más tratados en la plástica de la segunda mitad de la segunda centuria, el Movimiento; cuyo desarrollo transita paralelo a los postulados abstractos, patrocinando un proceso que amplifica, intercede, yuxtapone e interactúa en la propia estética de una realidad artística que abre infinitos horizontes.

El ciclo expositivo sobre lo abstracto, además de esta, ha contado con cuatro magníficas muestras: ha supuesto el reencuentro con la suprema especialidad cromática de Pepe Soto, la novedosa realidad reduccionista de Paloma Gámez, la toma de conciencia de su calidad como pintor de José Piñar y el equilibrio rítmico del gesto pictórico de Ruth Morán. Exposiciones que nos han situado en las supremas marcas de una abstracción con muchos postulados, muchas circunstancias, muchos desarrollos y abiertas latitudes de una pintura que es la historia inmediata de un Arte no por repetido más comprendido.

Hay que comenzar el análisis de esta gran muestra, situando al lector en la que es una de las más interesantes de cuantas se han celebrado últimamente en las antiguas estancias cartujas - ésta, junto con la titulada "A las ciudades se las conoce, como a las personas, en el andar", también comisariada por Juan Antonio Álvarez Reyes y María Luisa López, son las dos más significativas de esta época en la que el C.A.A.C. está dirigido por el actual director -. Una exposición coral, que abarca los momentos más apasionantes de la creación abstracta y cinética y que nos abre el conjunto de las inmensas perspectivas que ofrece el Arte más comprometido y determinantes de las últimas décadas; muestra que argumenta, a la perfección, la creación artística más absolutamente contemporánea y que deja muy patente las emociones que se derivan directamente de un Arte variado y que sienta las bases desde donde asumir que la realidad plástica tiene unos horizontes totalmente diáfanos.

Muchos y muy buenos son los momentos que nos ofrece esta exposición que se presenta en gran parte de los espacios del recinto; una exposición bien montada de principio a fin y con piezas perfectamente acondicionadas a los lugares donde se exhiben. En este sentido hay que destacar la obra de José María Bermejo, absolutamente implicada en la pared del refectorio; la de Patricio Cabrera, en una de las salas anexas al Patio de Prior; la de Daniel Palacios, en la sala de profundis; la de Juan Carlos Bracho, en la primitiva capilla junto al patio mudéjar y la de Boyle Family, que llena de luz, música y movimiento el conjunto de la iglesia del monasterio.

La exposición, muy bien estructurada y perfectamente ideada conceptualmente, yuxtapone abstracción y movimiento con obras de artistas presentes en la propia colección del Centro y otros traídos para que puedan poner el contrapunto ideal y completar una realidad expositiva que se convierte en una lección de historia del mejor Arte Contemporáneo. ¡Lástima que el sistema educativo actual y gran parte de todos los implicados en él, profesores incluidos, no tengan más a lo artístico entre sus intereses y lleven a los alumnos a contemplar en directo lo que no existe en los planes de estudios!

Espectacular la sala con tres de los artistas más implicados en el relanzamiento de la modernidad sevillana, Juan Suárez, José Ramón Sierra y Gerardo Delgado; muy esclarecedora por interactuar abstracción y movimiento, la dedicada al Equipo 57; impresionante el cono de luz de Anthony Maccall; absoluta sutileza creativa en la obra del rumano barcelonés, Pic Adrian; esplendido el espacio con los Guerrero, Hernández Pijuán y el extraordinario Millares; alucinante la instalación de Gustav Metzger; apasionante el Ignacio Tovar e inolvidable la experiencia movible de Daniel Palacios y el lenguaje intuido y sin palabras de Simón Zábell. Además, una serie de obras tremendamente significativas de un Arte que es historia inmediata de la mejor creación contemporánea.

Una muestra para tener muy presente en el imaginario en torno de lo que debe ser la referencia absoluta del Arte en Andalucía. Con exposiciones como ésta, las fronteras se abren hasta el infinito. ¡Para gozarla en intensidad!

Varios artistas Centro Andaluz de Arte Contemporáneo Sevilla. Hasta el 11 de noviembre.

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