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"Siento que ya es el momento de contar otras historias"

  • Amparo Sánchez se despide de diez años de mestizaje al son de Amparanoia para iniciar su nuevo camino como cantautora

Se ha quitado la "paranoia de estos últimos diez años de encima" para llamarse Amparo, a secas, y convertirse en una cantautora de las que hay que escuchar sentado, no bailando, como ha sido hasta ahora. La cantante, "granadina de corazón", acaba de lanzar Seguiré caminando, un doble disco y DVD con el que dice adiós a la banda culpable de meter el veneno de la fusión y el mestizaje a media Europa.

-Se despide con un disco y una gira hechos a lo grande. ¿Era el último homenaje que se merecía Amparanoia?

-Seguiré caminando es el álbum de despida de Amparanoia, y con él he hecho todo lo que pensaba que nos quedaba todavía por hacer como banda, que era un directo con audio y con imágenes, con remixes y rarezas. Era algo que llevaba tiempo con ganas de hacer pero antes no había surgido la oportunidad. Además, en el DVD me he permitido incluir un documental con lo que han sido estos diez años del grupo, y que intentan ser un reflejo de esta evolución: mi llegada a Madrid desde Granada, la imaginación de este proyecto, su conversión en realidad... A lo largo de estos discos hay una evolución, una apertura a un montón de países y a un montón de artistas y gente increíble. El balance que hago de estos diez años es muy positivo. Cierro este proyecto, pero por supuesto que voy a seguir caminando en la música, como dice el título del disco.

-¿Se imaginaba así esta aventura como Amparanoia?

-Cuando pensé en arrancar un proyecto como Amparanoia también sabía que era algo que se iba a terminar, de hecho, nunca pensé que iba a durar tanto, pero gracias al público y a los medios he tenido mucho apoyo para hacer varios discos. Cuando cumplimos diez años hice un balance muy positivo, pero también vi que no iba a estar los diez próximos años defendiendo y cantando las canciones que compuse hace tiempo y que necesitaba renovarme, se guir evolucionando y aprendiendo, seguir cantando y decir adiós a esta fusión y a estas canciones a las que me siento muy agradecida y que siempre me acompañarán en mi vida.

-¿Con qué se queda de todo lo que le ha pasado en este tiempo?

-Afortunadamente, han sido muchos los buenos momentos, he tenido la oportunidad de crecer como persona y aprender mucho en todas las facetas que han tenido que ver con el proyecto, desde el escenario y el trabajo en el estudio hasta los viajes, donde he conocido a gente, he profundizado en las relaciones humanas y he podido vivir con algo que me encanta tanto como la música. Me siento, sobre todo, muy afortunada por lo que me ha pasado.

-Curiosamente, una banda de fusión de sonidos tan latinos como Amparanoia ha tenido casi una mayor repercusión en el extranjero que en España...

-Europa ha sido para mí la sorpresa, nunca imaginé que aceptara este proyecto de una manera tan intensa. Todo el tiempo tenía la vista fijada en Latinoamérica, y justo ha sido allí donde he ido más tarde. Empezamos primero por Europa y realmente fue increíble ver cómo la gente conectaba con la fusión de la música, con la actitud, con el mensaje y con la energía que nosotros transmitíamos sobre el escenario, porque ni se había llegado a editar el disco allí. Veníamos de España, donde la gente nos conocía, y llegar a Europa para tocar en los sitios más pequeños y subir poco a poco a los grandes festivales fue algo increíble, una sorpresa que no nos esperábamos y que recibimos con mucha alegría. Allí nos decían que entendían que a nosotros nos gustase mucho más tocar en España porque la gente es distinta, hay otro tipo de público, pero que en realidad ellos son los que más necesitaban de esa alegría y de esa energía que transmitimos.

-¿Y qué es entonces lo que está pasando en Europa?

-Pasa que se han abierto los caminos. El primero fue Manu Chao con su Clandestinos, que consiguió abrir las fronteras con un álbum casi íntegramente en castellano. A partir de ahí, noté que el camino estaba más abierto para grupos como nosotros, Ojos de Brujo, o ahora Eskorzo. Hay emisoras de radio, dj's que pinchan nuestras músicas, salas, festivales... Nos hemos hecho nuestro hueco en Europa.

-La gira 'Bye Bye Tour' tiene ya varias fechas cerradas por Europa...

-Tenemos muchos conciertos, pero le vamos a dar prioridad a nuestro país. En los últimos años hemos tocado mucho fuera y muy poco por aquí y, para la despedida, teníamos que darle protagonismo a España.

-Granada no aparece de momento en el calendario…

-Si Granada me llama yo voy, lo que pasa es que todavía no me ha llamado. Hemos tocado en los alrededores, pero la ciudad todavía no me ha invitado a ir como Amparanoia y ya sólo queda este año…

-Da la impresión de que en 'Seguiré caminando' se ha permitido lujos de incluir esas canciones y reflexiones que se habían quedado por el camino.

-Cuando se definió la idea de lo que iba a ser el álbum de despedida sentía que, además del directo, me faltaba una parte muy importante, la de la gente que había cogido mis canciones para remezclarlas y la de los temas grabados que se habían quedado colgados. Busqué en mi archivo, hicimos una selección de todo el material 'perdido' y algunos amigos dj's se encargaron de hacer las remezclas para el disco. El resultado ha quedado genial para bailar y escuchar.

-¿Alguna sorpresa al reencontrarse con antiguas grabaciones?

-La parte del montaje del documental de los diez años ha sido muy emotiva. El concierto se grabó en Barcelona, se mezcló en el País Vasco, hay remezclas de varios lugares del mundo, pero el documental de los diez años se ha hecho en Granada, mi ciudad, y con la ayuda de amigos de toda la vida. He recuperado material de cintas antiguas en las que no sabía con lo que me iba a encontrar y que me dio momentos de mucha emoción, sobre todo al reencontrarme con los que ya no están porque fallecieron o porque dejaron el proyecto. También ha habido momentos de muchas risas al recordar anécdotas y vivencias. Para mí ha sido todo muy emotivo y espero que cuando a gente lo vea sienta también la emoción y el cariño con el que se ha hecho.

-Empezó rockera y llevando tupé, luego se pasó a los colores del mestizaje… ¿Qué cabe esperar para los próximos diez años?

-Ahora ya seré Amparo, me he quitado la paranoia de encima con estos diez años, así que la dejo en este proyecto. Mi nombre será simplemente Amparo y los temas que estoy grabando y ya empiezo a ordenar como un futuro de algo son mucho más íntimos, más acústicos y más personales. Será música para escuchar y no para bailar. Ésa será la gran diferencia.

-¿Y qué determina esa evolución y esa apertura a nuevos estilos?

-Afortunadamente, voy oyendo muchos tipos de música, he evolucionado en mis gustos y me voy abriendo a otras cosas. También es cierto que en estos dos últimos años he empezado a escuchar música que tenía aparcada, como Nina Simone o Aretha Franklin, que era gente que me gustaba muchísimo, mis maestras, pero que al adentrarme en la época de fusionar y mezclar, las dejé un poco aparcadas. Ahora estoy oyendo a gente que para mí acaba de llegar, como Cat Power, y siento que es el momento de contar otras historias, de que mi voz busque otras tesituras... Quiero hacerlo todo de otra manera, y en eso estoy, es lo que mi corazón me dice que tengo que hacer.

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