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Sleepy Hollow inspira a Zaafra

  • El pintor granadino resucitará al jinete descabezado de la célebre leyenda de Washington Irving Realizará, por encargo del municipio neoyorquino, un mural de unos 15 metros en un auditorio

Hacía mucho tiempo que La leyenda de Sleepy Hollow, el relato corto de terror escrito por Washington Irving en 1820, inundaba de imágenes la mente del pintor David Zaafra (Granada, 1948). Las escenas que recreaba en su cabeza cada vez que leía la célebre obra del insigne autor hacían resucitar una y otra vez al jinete descabezado. Atrapado por la inspiración, el granadino no quiso que esas estampas llenas de misterio pervivieran como el recuerdo de un sueño imposible y decidió plasmarlas en papel. Hizo entonces una serie de inquietantes dibujos que logran trasladar al espectador al tenebroso escenario imaginado por estadounidense.

Aquellos bocetos, con los que logró perpetuar muchas de las emociones que desde niño la pluma de Irving había provocado en él, acabaron en 2011 sobre la mesa del alcalde de Sleepy Hollow, Ken Wray, en forma de proyecto. En él, Zaafra proponía dejar su huella en la ciudad que inspiró al escritor e ideó un impresionante mural con el desenlace de la historia.

El proyecto gustó mucho al Ayuntamiento del municipio neoyorquino, que ahora ha dado luz verde al pintor para materializarlo. Será en otoño cuando el artista dé vida a su obra, que quedará para siempre en la entrada del auditorio de su instituto: The Sleepy Hollow High-School.

Zaafra calcula que tardará unos 15 días en realizarlo. Contará con la ayuda de un grupo de alumnos de Arte de allí. Lo hará con acrílicos y empleará rodillos, brochas y todos los útiles necesarios para que el jinete descabezado arroje su cabeza y derribe de su caballo al maestro de la leyenda, que desaparecerá en las aguas del río Hudson. "Washington Irving fue mi instructor, mi maestro", afirma emocionado Zaafra, recordando que el primer libro que leyó de pequeño fue Cuentos de la Alhambra y que sus historias le fascinaron tanto que corrió aventuras infantiles en busca de los tesoros de la Torre de los Siete Suelos. Su pasión por el autor le ha llevado también en los últimos años a ilustrar exquisitas ediciones tanto del propio relato de terror que plasmará ahora en el mural como de los cuentos del monumento nazarí. Hace tres años, viajó incluso a Manhattan y pudo visitar la tumba y la casa del escritor, donde se impregnó de su espíritu.

Irving llevó a través de su obra la Alhambra a todos los hogares del mundo. Ahora, Zaafra llevará su arte granadino a Sleepy Hollow, donde dará rienda suelta una vez más a su genialidad.

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