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Sorogoyen: "El ser humano tiene mucha facilidad para corromperse"

  • El director presenta en San Sebastián 'El reino', un retrato del lado más turbio de la política que protagoniza Antonio de la Torre

La trama Gürtel y el caso Bárcenas fueron la inspiración de El reino, el nuevo thriller de Rodrigo Sorogoyen que compite en la sección oficial del Festival de San Sebastián, y del que el mismo director afirma que el relato es válido para entender la corrupción política en cualquier partido. "No hemos querido hacer una película sobre el PP, sino contar que el ser humano tiene mucha facilidad para corromperse y que el sistema está engrasado para que funcione así, es muy difícil cambiarlo", asegura.

Con un reparto encabezado por Antonio de la Torre y Bárbara Lennie, El reino se centra en Manuel (De la Torre), un influyente vicesecretario autonómico a punto de dar el salto a la política nacional, que se ve salpicado por unas filtraciones que le implican en una trama de corrupción.

La historia se convierte en una trepidante huida hacia delante de un hombre acorralado, que de un día para otro se ve expulsado del "reino" y traicionado por quienes creía sus amigos, pero que no se resigna a caer solo.

Aunque las referencias a la realidad política reciente son obvias, Sorogoyen y su coguionista Isabel Peña han preferido no hacer alusiones específicas. "Para eso habríamos hecho un documental sobre el caso Bárcenas", dice Peña, "de hecho fuimos al juicio, fue muy interesante, pero la idea era crear, a partir de la investigación, nuestro propio ecosistema".

José María Pou, como líder supremo, Nacho Fresneda o Ana Wagener engrosan un plantel de personajes en cuya creación sus autores han contado con asesoramiento de políticos reales, que figuran en los agradecimientos, desde Eduardo Madina a Alfredo Pérez Rubalcaba, Cristina Cifuentes o el constructor David Marjaliza, uno de los cabecillas de la trama Púnica, que colabora con la Justicia.

"Nuestro mantra con los actores era que no hicieran de malos sino que entendieran a su personaje, que creyeran que estaban haciendo lo mejor para su país, o para su vida, su mujer o su hijo, eso era esencial y espero que lo hayamos conseguido, no es una película de gente mala robando que quiere aprovecharse del ciudadano. Es complejo", explica Sorogoyen.

"De lo poco que hemos entendido en este viaje es que esta gente no está en su casa diciendo a ver cómo puedo estafar al ciudadano; tienen un nivel de conciencia extraño, limitado, lo que no quita para que sea punible y sintamos indignación", precisa.

La crítica al sistema que contiene El reino no deja indemne al mundo periodístico y televisivo, a pesar de que es una televisión, Atresmedia, quien está detrás de la producción, junto a Tornasol Films. El personaje de Bárbara Lennie está directamente inspirado en Ana Pastor, quien también colaboró con el equipo.

"Intentamos reflejar los medios de forma realista, no ser ni crudos ni naif, contar lo que tienen de bueno y necesario pero también sus dificultades para ser realmente independientes", sostiene el director de Stockholm y Que Dios nos perdone.

Antonio de la Torre se reunió con políticos, activos y retirados, y con gente incursa en procesos judiciales que arrojaron luz sobre su trabajo. "La labor del actor es entender, no juzgar", opina, e insiste en que El reino no es el retrato de un partido político "sino de una sociedad a través de un político que se corrompe".

José María Pou aprovechó para reivindicar la necesidad de reformar el sistema electoral y reflexionar sobre una generación de mandatarios que se han metido en política con intereses ajenos a ella. "Votamos a gente mediocre porque no les conocemos y van en un paquete, a lo mejor deberíamos cambiar el sistema por uno de listas abiertas", dijo.

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