El grupo checomadrileño Street Winigs cerró en la madrugada del viernes el sexto festival Orcefolk ante un millar de personas. El Festival de Orce, organizado por el Ayuntamiento de la localidad y con la colaboración de la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial, causó un lleno absoluto gracias a laa actuaciones de los mejores grupos del folk, del panorama nacional e internacional.

Este festival, que antes duraba dos días, y del que ahora el segundo se dedica al rock, suele ofrecer a algunos de los mejores grupos del circuito folk en directo. Fue el caso de Olga y los Minstriles, veterana formación oscense que cuenta con una de las mejores cantantes de todo el país: Olga Orús, contando con algunos miembros del histórico grupo Hato de foces.

La música popular alto aragonesa es su punto de partida, aunque ellos la enriquecen con arreglos y letras actuales casi de folkjazz por momentos. Terminaron su actuación haciendo un homenaje a Labordeta, interpretando una de sus canciones más emotivas la Albada.

Tras ellos Street Wings cambiaron de tono al aproximarse al sonido pop-rock, con aires celtas que aportan el matiz folk e internacional que les ha llevado en tres años a realizar numerosas giras por Centroeuropa. Cantan en inglés y español y tienen en la rubísima violinista de chekia Jitka Kubesová a una extraordinaria solista, de hecho, como contó ella misma, fue el origen del grupo al reclutarlos cuando estaban tocando en la calles de Madrid donde ella hacía práctica de español.

Tocaron casi todo su disco Synchronized con el añadido de una versión dedicada Santy Barral, conocido gaitero tinerfeño y gallego de adopción, fallecido en el descarrilamiento del tren Alvia en Santiago de Compostela, el pasado 24 de julio.

Ofrecieron un buen hacer al captar la simpatía y complicidad del público, y un manejo muy solvente de los tiempos del concierto, las transiciones, los momentos fuertes y los descansos, cerrando una actuación con el público comiendo en su mano al borde del escenario ¡en la primera cita!. Han sido una muy grata sorpresa en este Orcefolk en tiempos de crisis.