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Teatro en Corpus, cuerpos de goce

Adaptación libre sobre una obra de: Fernando Quiñones. Compañía: Teatro del Mentidero. Dramaturgia y dirección: Santiago Escalante. Intérpretes: Ramón Rivero y S. Escalante. Lugar: Teatro Alhambra. Fecha: miércoles, 2 de junio de 2010.

Para aquellos que en estas fiestas permanecemos en la ciudad se nos propone un Corpus teatral que manda de vacaciones al criterio artístico, atendiendo a las banalidades comerciales ofertadas por el Teatro Isabel la Católica; o bien y a la contra, invita a la solemnidad de los cuerpos para el goce. Guiño dramático que inventa para la ocasión el Teatro Alhambra subiendo a escena a dos de sus grandes damas: La Celestina, de Fernando de Rojas, y La Legionaria, de Fernando Quiñones.

Ambas puestas en escena tienen en común la tradicional transexualidad, últimamente tan en boga: cuerpos masculinos interpretando personajes femeninos. O en su caso, viceversa.

Para Teatro del Mentidero, el delicioso personaje de la puta de Fernando Quiñones -Hortensia Romero Vallejo, 'La Legionaria'- es todo un hito en su producción dramática, que ellos mismos denominan, genéricamente, como 'teatro de raíz, popular, andaluz'. Sin entrar en lo que quiera que sea "lo popular" (entendido por oposición a "lo culto"), La Legionaria de Mentidero se estrenó, cual aldabonazo en el año 79 y se perpetúa hasta hoy, en esta segunda entrega titulada Si yo les contara...

La dramaturgia inventa de nuevo un monólogo que adapta muy libremente desde Las mil noches de Hortensia Romero, la novela de Quiñones, finalista del Premio Planeta en la que dio nueva rienda al personaje de su anterior relato. El problema de base, de raíz en esta propuesta es la falta de elaboración formal. La interpretación del actor que juega más en su contra, narrativamente hablando, que a su favor; por precario, deslucido, sin poética ni fuerza visual. Una puesta en escena que no crece la charlita de esta dama puta gaditana puesta a hablar en medio de las jornadas feministas, II Congreso Mundo de Mujeres que sostiene la situación dramática de la pieza. Aunque asoma soberbia aquí y allá, con ese empaque que la enmarca, 'La Legionaria' de Mentidero no termina de ser, de hacerse con la fuerza, gracia y poderío de la del maestro Quiñones.

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