carlos núñez. músico

"Vivimos en un país absolutista: piensas como yo o me enfado"

  • El artista gallego, considerado uno de los mejores gaiteros del mundo, actúa hoy en el Teatro Isabel la Católica

  • Paco de Lucía y él estuvieron a punto de componer la primera farruca celta

El músico gallego también toca la flauta de pico.

El músico gallego también toca la flauta de pico. / g.h.

Si yo les digo Carlos Nuñez (Vigo, 1971), seguramente se les venga a la cabeza las palabras música celta. O quizá piensen en la gaita, instrumento que domina con tal nivel de virtuosismo que está considerado uno de los mejores del mundo. Ganador de un Grammy por el disco Santiago, que grabó junto a sus maestros The Chieftains, Nuñez es un himno en sí mismo. Un himno que transciende fronteras y géneros musicales, que encierra valores tan necesarios hoy día como la igualdad, la empatía y la solidaridad. Su carrera despegó a 12 años, cuando fue invitado como solista por la Orquesta Sinfónica de Lorient. Vivió deprisa, no descarriló. "Hay mucha renuncia detrás", señala. El vigués dice que "ahora", cuando su música ya está funcionando, le toca vivir lo que no pudo de adolescente. Una de las cosas que tiene "pendiente" a nivel musical, confiesa, es componer una "farruca celta", algo que tenía en mente hacer con Paco de Lucía antes de que falleciera. "Algún día lo haré en su honor", reconoce Nuñez, que hoy actúa a las 21:00 en el Teatro Isabel la Católica, donde repasará su carrera de éxitos junto a su banda y un "nuevo talento de la música celta", Kiana June Weber.

-Lleva toda una vida con la gaita a cuestas. ¿Fue amor a primera vista?

-Empecé a tocar la flauta con ocho añitos en el colegio. El paso natural de la flauta a la gaita fue natural. Si hubiese nacido en Andalucía estaría tocando la guitarra española, pero soy gallego y allí la gaita es el instrumento más popular . Me enamoró su energía. La gente se volvía loca alrededor. También recuerdo la sensación de alegría. Era algo mágico. Fue un amor total desde el principio, y lo que nunca me imaginé es que me ofreciera tantas posibilidades. Tengo dos amores: el platónico es la flauta y el más aristotélico, carnal, sexual, es la gaita. Es la guitarra eléctrica de la Edad Media. La gente ya experimentaba el poderío del sonido y las sensaciones que produce un directo de rock gracias a este instrumento hace 1.000 años.

-¿Cree que la gente tiene otra percepción de la música celta gracias a usted? ¿Le hace gracia que le comparen con Hendrix?

-Puede haber algo de eso. Cuando empecé a tocar en América con mis maestros The Chieftains muchas estrellas del rock querían grabar con ellos. Un día eran los Rolling Stones, que registraron una canción de piratas irlandeses. Otro día Sting grababa un tema en gaélico con ellos. Al siguiente, Sinéad O'Connor se pasaba a cantar mientras yo tocaba la gaita. No, no, me lo llegaron a decir en esa gira y para nada. Lo bonito es que cuando tocamos con rockeros es una relación de tú a tú. A ellos les fascina nuestra música porque sienten que tiene mucha historia detrás. Recuerdo la primera vez que toqué con The Who. No sabía que eran ellos. Yo estaba encantado de hacerlo porque lo hacía junto a mis maestro The Chieftains .

-Claro, pero una alucina cuando ve en un vídeo cómo Ry Cooder se pone a sus pies. "Yo estoy para aprender", le dice.

-Fue maravilloso tener el apoyo de Cooder, entre otros artistas internacionales, cuando empecé. Hay personas muy generosas en el mundo, que de pronto sienten casi que hay una misión detrás de la música. Ry Cooder se dio cuenta cuando fuimos a Cuba y a Latinoamérica. En ese momento estábamos juntando la música celta con la latina y el flamenco. A Cooder eso le pareció fascinante. A los americanos les cuesta mucho entender cuáles son las diferencias entre la música cubana, mexicana y peruana. Para ellos es todo lo mismo. Nosotros lo llevamos dentro. Todo el mundo ha visto a los gaiteros escoceses con las falditas tocando en Braveheart, pero mucha gente no sabe que España llevó la música celta a Latinoamérica a partir de la Conquista de América.

-Ha viajado por todo el mundo, ha mezclado, como me contaba, géneros muy dispares. ¿No hay fronteras en la música?

-No las hay. Hacemos un esfuerzo por encontrar esas conexiones. La gente ve la música celta como la música del fin del mundo. Es la música que el Atlántico ha ido construyendo aportando todas las novedades que llegaban del Mediterráneo y también del mar del norte. La música celta responde al deseo de unir, de conectar. ¿Te imaginas si los políticos, si los poderes fácticos, trabajasen de esa forma, haciendo un esfuerzo por entender las diversas formas de sentir? Desde la música hacemos un gran esfuerzo por unir.

-Por llegar a un entendimiento.

-Eso es.

-¿Se atrevería a componer algo para cerrar la herida del procés?

-(Silencio). Llevamos haciendo esa banda sonora, la de unir a la gente, desde que sacamos discos. Lo primero que nos dicen los periodistas americanos es que unimos a todo el mundo: latinos, irlandeses, españoles. Ellos nos preguntan que cómo se hace eso. Eso lo llevamos dentro.

-Será porque no hacen distinción. No dicen "esta música es peor o mejor".

-Claro. Ahí está. Es el arte de disfrutar de esas diferencias. Hay que aprender a enseñar y no esconder quiénes somos, cuál son nuestras tradiciones. España tiene muchos complejos.

-En la música más todavía. No lo entrevistaron aquí hasta que no tocó en Estados Unidos me llegó a decir en una entrevista hace años. ¿Este país se tiene que sacudir sus complejos?

-Sí, sí. Se ha conseguido con la cocina. Los chefs han concienciado a la población española de que ellos y los productos locales son los mejores. En España tenemos una gran diversidad de tradiciones que el resto del mundo ha perdido. Te vas a Francia, a Alemania y han perdido sus músicas tradicionales y sólo saben copiar a los americanos. Es súper importante apoyar a la gente joven que hace esta música diferente.

-A usted lo apoyaron desde muy niño auténticas estrellas de la música. ¿Cómo ha evitado no caer en el egocentrismo?

-Lo primero que te enseña la música tradicional es que ésta es una creación colectiva. No ocurre como en la música clásica, donde la partitura es una foto para la eternidad porque así lo dicto Mozart. Esto se va moviendo, es un ejercicio de libertad y es de todos. Sakamoto, un gran amigo y compositor de la banda sonora de El último emperador, dijo que ningún compositor puede estar a la altura de toda una comunidad haciendo canciones durante miles de años.

-¿Cree que las instituciones públicas se gastan tanto dinero en difundir la música popular como con la clásica?

-No. Se debería subvencionar esta música igual que la clásica y el rock.

-En definitiva, ¿qué aprende un niño de la música, sea el género que sea?

-Aprende a escuchar a los otros, a sentir como sienten los otros. Vivimos en un país muy absolutista: o piensas como yo o ya me enfado, y la música te muestra que hay muchas formas de sentir diferentes y todas son válidas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios