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Zvyagintsev se burla del poder en su filme 'Leviathan'

  • La cinta, que se estrena en España el 1 de enero, mezcla el 'thriller' con el drama familiar

El director ruso Andrey Zvyagintsev realiza un ajustadísimo retrato del abuso del poder en Leviathan, un filme que ganó el premio al mejor guión en el último Festival de Cannes y que muestra cómo en Rusia la gente se burla del poder con ironía como "forma de protegerse a sí mismos".

"En la época de Stalin podías acabar en prisión de por vida si hacías una broma sobre él (...). Pese a que ese miedo genético del poder vive en la gente, aún así se burlan de los líderes anteriores pero prefieren usar la ironía para describir todas las situaciones que ocurren", explicó el director en una entrevista con un reducido grupo de medios, tras presentar el filme en Cannes.

Un filme muy crítico contra la corrupción y el abuso de poder en un pequeño pueblo del norte ruso, pero que podría ocurrir en cualquier parte y que llega a los cines el día 1.

Narrada sin artificios en un paisaje sobrecogedor en el que el realizador se recrea con preciosismo, Leviathan es por momentos un thriller y en otros un drama familiar, con gruesas pinceladas de crítica política.

Una película que parte de un hecho real que el realizador conoció a través de un amigo, el de un hombre que vivía en Colorado (EE.UU.) y que se rebeló contra el poder de una empresa y que acabó suicidándose. "La historia podría haberse desarrollado en cualquier parte pero nosotros la trasferimos a Rusia y además había un precedente en la historia antigua, la de Job en la Biblia. De ahí viene el título de Leviathan", explicó el realizador. Una película que es "más artística que política" y con la que el realizador no quería hacer "ninguna declaración política", aunque reconoce que la historia no ha gustado mucho a las autoridades de su país.

Al respecto señaló que el ministro de Cultura ruso vio la película antes del estreno y dijo que estaba bien hecha y que demostraba mucho talento, pero que no le gustó. "Yo creo que corresponde solo al artista decir las cosas que quiere decir y mostrar las cosas que quiere mostrar", una opinión que obviamente no comparte el Gobierno ruso, que cree que por haber subvencionado el filme, debería mostrar imágenes "completamente diferentes a lo que yo he mostrado", precisó Zvyagintsev. Los Gobiernos, agregó el realizador, deben "ayudar al desarrollo del arte" pero respetando totalmente las opiniones y los planteamientos del artista.

Leviathan cuenta cómo el alcalde de un pequeño pueblo al borde del mar de Barents (norte de Rusia), utiliza todos los instrumentos a su alcance para quitar a un hombre su casa y los terrenos en los que está construida, cuya propiedad quiere quedarse para beneficio propio.

Confeso admirador de Andrei Tarkovski y Michelangelo Antonioni -"son mi sangre, mi carne", ha dicho en más de una ocasión-, el realizador ruso construye una película dura, árida y con poco espacio a la complacencia, con algunas escenas de un terrible e inteligente humor negro. "Lo quiera o no, la gente se va a reír en algunas escenas porque es muy duro mantener una tensión muy trágica durante dos horas y media", reconoció el director, que aseguró que no quiso hacer escenas deliberadamente divertidas. Pero, agregó, "la ironía es muy importante, es una forma de soportar la tragedia".

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