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"Hasta ahora no he tenido un público mayoritario, aunque mi vocación sí es esa"

  • El director de 'La soledad' y 'Tiro en la cabeza' afirma que la notoriedad no le ayuda a asentarse en la industria del cine ya que "siempre intento ponerme en una creatividad casi imposible"

Con motivo de la presentación del libro del guión de La soledad para la colección almeriense Lagartos de cine, Jaime Rosales (Barcelona, 1970) nos cuenta su visión futura del cine y de la modernidad.

-¿Diría que sus películas van dirigidas a un público minoritario?

-No, lo que sí que es cierto es que hasta ahora no he tenido un público mayoritario, aunque mi vocación sí es esa. No pienso que lo exquisito es minoritario y todo lo que es mayoritario, malo. Creo que la alta cultura con el tiempo se convierte en popular. De hecho, en mi próximo proyecto, sin renunciar a la radicalidad que quiero, me gustaría tener mucho más público y no sólo por motivos económicos sino por motivos de difusión.

-Con La soledad no tuvo mucha difusión al principio pero tras los Goyas volvió a las taquillas, ¿influye eso en sus siguientes proyectos?

-De ser minoritaria se abrió un poco más gracias a los premios. En cambio, mi última película Tiro en la cabeza, tuvo mucha notoriedad en los medios y, sin embargo, ha sido la de menos espectadores de todas. Al final, las películas existen de manera misteriosa.

-¿La notoriedad le ha servido para asentarse en la industria del cine?

-En casi todas mis películas ha sido igual de difícil porque siempre intento ponerme en una creatividad casi imposible pero siempre encuentro la manera de hacerla.

-¿Esperaba ganar los tres Goyas que consiguió en 2007?

-No esperaba ser nominado pero, si le digo la verdad, una vez en ese punto, sí tenía esperanzas en que me los podían dar.

-En su cine toma gran importancia el silencio, ¿qué le sugiere?

-La comunicación verbal es vital pero en el silencio también ocurren muchas cosas. Hay que respetarlo y verlo como parte de esa actividad humana en la que en apariencia no ocurre nada pero están ocurriendo muchas cosas. Hay muchas maneras de retratar el silencio: cuando hay alguien que quiere hablar de algo y no habla; cuando realmente no hay nada que decir y hay silencio; y también cuando no hay nada que decir y se habla mucho. En mi última película, Tiro en la cabeza, hice un experimento en el que la gente habla y no se oye lo que dice. Cada manera de retratar el silencio corresponde a una necesidad diferente. Lo interesante es explorar.

-En La soledad aportó el concepto de polivisión, ¿qué añade a la narración?

-Quería saber qué pasaría si vemos dos imágenes exactamente iguales sobre un mismo espacio. Me movía en un terreno desconocido. La polivisión funciona muy bien en una escena en la que dos personajes están separados pero comparten el mismo cuadro, tiene una tensión emocional que tiene que ver con la necesidad de estar juntos y la imposibilidad de estarlo. En otras escenas la polivisión no aportaba nada. Así es la experimentación.

-¿Cuál es su neurosis creativa?

-Tengo dos angustias muy grandes con las que lucho, aunque mis colaboradores me dicen que me deje llevar. Me preocupa cuando no pasa nada. Siempre intento buscar que a los personajes les ocurran cosas y a veces llego a manipularlos, los fuerzo y no funciona. Mi otra preocupación es cuando hay muy pocos planos; intento pensar que voy a poner muchos y luego lo que me pide la escena son pocos. Naturalmente, vuelvo a caer en películas en la que las escenas son largas y pasan pocas cosas. Esa es la esencia de mis películas.

-Adelante algo sobre su próximo proyecto cinematográfico.

-Me encuentro en un proceso bastante largo, en el desarrollo de una película que tiene que ver con una especie de cosmovisión que tengo del momento presente y de hacia dónde vamos. Es una película compleja en su arquitectura y ambiciosa en sus propósitos.

-¿Volverá a contar con el mismo tipo de equipo actoral (actores desconocidos y no profesionales)?

-Haré un casting entre actores no conocidos, alguna estrella de cine y también con naturales.

-¿Qué le interesa contar?

-Más que contar me interesa proponer una experiencia artística moderna plena. Para mí la modernidad tiene que ver con la adquisición de conciencia. Estamos en un punto de crisis en el que hay que dar un gran paso adelante. Modestamente lo que intento es contribuir a la ampliación del nivel de conciencia de mi público.

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