literatura

Un altavoz para las escritoras de la Generación del 27

  • El investigador literario Jairo García Jaramillo reivindica en su nuevo ensayo el papel y la obra de estas mujeres silenciadas por el patriarcado, la represión franquista y las instituciones

Jaramillo ojea su ensayo mientras habla sobre él.

Jaramillo ojea su ensayo mientras habla sobre él. / álex cámara

"¿por qué Concepción Arenal tenía que ir vestida de hombre a la universidad? ¿Por qué María Goyri iba del brazo del rector y sentada aparte en la facultad? ¿Por qué Maruja Mallo era una vieja loca y Dalí un magnífico y excéntrico pintor? ¿Por qué María Teresa León era la estela del cometa -Rafael Alberti?-", se cuestiona la portavoz federal del Movimiento Democrático de Mujeres, Julia Hidalgo Argüeso, en el no epílogo del nuevo ensayo del investigador literario Jairo García Jaramillo, Memoria contra el olvido. Las escritoras de la Generación del 27, que hoy presenta en la Biblioteca de Andalucía a las 20:00 acompañado de la prologuista, la poeta y escritora Ana Moreno Soriano, y el cantaor granadino Juan Pinilla. Hidalgo se contesta en seguida, de una manera mordaz: "Porque eran mujeres con conciencia de su condición de mujer. Porque eran transgresoras, luchadoras, adelantas a su tiempo y porque asumían su condición de mujer para cambiar el mundo que les rodeaba. Y eso no lo podía permitir el patriarcado. Ni antes, ni ahora".

El libro de carácter académico, pero escrito en un estilo ameno -una da fe-, es "un libro de combate" que completa lo que el autor granadino había dejado sin decir en La mitad ignorada. Este trabajo, que le mereció el Premio de Ensayo Miguel de Unamuno en 2012, evidencia las aportaciones de las mujeres intelectuales durante las primeras décadas del siglo pasado en España y pone de manifiesto que "estuvieron coco a codo con los hombres" de la época. "En este ejemplar me fijo sobre todo en el tema de la memoria y el olvido, una lucha abierta todavía. En este país tenemos poca memoria", recrimina.

Jaramillo entiende que hay dos tipos de personas en esta historia donde se ha silenciado sistemáticamente a la otra Generación del 27, la que formaron mujeres valientes y creativas que quisieron ser libres: "los que las olvidan y los que con distintas políticas del olvido van haciendo lo posible por que no se les recuerde. Una cosa es olvidarlas y otra cosa es la desmemoria", reprocha. En el ensayo, donde el profesor de Literatura dedica una extensa parte a explicar el contexto histórico en el que se desarrollaron estas escritoras, se habla de varias mordazas: la primera de todas el sistema patriarcal. "La mujer está empoderándose y ellos, que son hombres de su tiempo, dudan. Piensan que eso va a descolocar los roles, que puede causar un cierto desorden social. Le tienen miedo a eso, pero es un miedo muy burgués, a que las cosas cambien", cuenta el granadino.

De hecho, si alguna de ellas mostraba excesivo talento se las masculinizaba. "El propio Ortega decía que si las pensadoras griegas tenían un talento especial es porque llevaba un hombre alojado, un talento macho", señala. Incluso, muchos de ellos se olvidan de las artistas durante su exilio a raíz de la Guerra Civil y la posterior proclamación de la dictadura franquista. "Ese olvido no es voluntario, hay razones inconscientes. Para ellos eran algo así como aficionadas, pero al arte con mayúsculas es el que escribían ellos. Ponen distintas excusas". Tània Balló, una de las artífices del importante proyecto memorialístico Las Sinsombrero, escribe que "sus amigos y compañeros, tan modernos y transgresores, no pusieron mucho empeño en hablar de ellas en sus aclamadas y esperadas memorias".

El profesor de Literatura en un instituto de Granada defiende no sólo el papel y el compromiso de estas escritoras en un período clave para la historia española como la Segunda República, sino también la calidad de sus obras, a la altura de la de los hombres y "por encima de algunos autores de segunda fila de la generación". La poeta vitoriana Ernestina de Champourcín despertaría la envidia de Federico García Lorca. "Hay una carta que le escribe a Melchor Fernández Almagro Merchorito, su amigo, y le pone: "¡Quién fuera Ernestina!". Melchor le hace una reseña a ella. Sienta envidia porque no le hace caso a él", cuenta.

El investigador piensa que "a la hora de construir el canon y la historia literaria ellas no cuentan. Esto sería el olvido. Pero luego está la desmemoria. La desmemoria son políticas concretas, en el caso del Franquismo, 40 años de ninguneo de todo lo que tuviera que ver con la república, incluidas las mujeres, devueltas a las casas. Luego en la Transición se reconstruye la historia de ellos", reflexiona. El problema, según cree Jaramillo, lo tiene quienes hacen las leyes. "No se trata de tener buena voluntad, sino que el problema de la escuela es un problema estructural", señala. Las mujeres escritoras del 27 están fuera de los currículos. Estudiamos a tres autoras como muchos, y siempre las mismas. "Cuando esto pasa se corre el riesgo de que los jóvenes no tengan referentes femeninos y de que piensen que su ausencia está justificada", alerta. El autor propone lo siguiente: "No queremos suplantar a los que ya están. No es que no queramos que no se estudie a Lorca o a Alberti, sino incluirlas a ellas. Ofrecerles un espectro más amplio. No quiero que Concha Méndez esté antes que Federico. Quiero se estudien a los dos".

Memoria contra el olvido es un altavoz para Rosa Chacel, María Zambrano, Concha Méndez, Champourcín y tantas otras escritoras de la Generación del 27 que muchos esperan, estén pronto en los libros de texto de colegios, institutos y universidades, a la vera de sus compañeros, sus iguales. "No hemos creído nuestra propia mentira, que es que la generación del 27 la formaron sólo hombres. La escuela pueden cambiar muchas cosas de las que pasan en la realidad", concluye.

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